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Funciones y Deficiencias de la Vitamina D

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La vitamina D, también denominada calciferol, es un nutriente que encontramos en la porción grasa de ciertos alimentos y juega un papel fundamental en la salud ósea. Sólo obtenemos un 10% de esta vitamina a través de los alimentos que ingerimos y la mayor parte, el 90%, se sintetiza en la piel, a través del contacto con los rayos ultravioletas del sol, por este motivo se la conoce como vitamina solar.

Resulta paradójico que el 50% de la población española tenga déficit de esta vitamina siendo un país con buen clima y soleado. Más adelante, detallamos los motivos que pueden conducir a este déficit y las medidas o precauciones para evitarlo.
La causa más común que provoca el déficit de vitamina D es por la falta de exposición solar asociado al uso de cremas solares de alta protección que actúan como pantalla solar, para prevenir la aparición del cáncer de piel.

Una vitamina especial

La vitamina D es especial y diferente a las demás vitaminas porque tanto cumple con una función reguladora como hormonal. Existen dos formas:

  • Vitamina D3, también conocida como colecalciferol, aparece en productos animales, se encuentra en el tejido adiposo o graso y es difícil de incorporar a través de la dieta porque hay pocos alimentos que la contengan de forma natural (pescados grasos, como atún, caballa, salmón; lácteos enteros, como leche, yogur, queso, mantequilla, crema de leche, nata; yema de huevo y el hígado). Esta vitamina también la obtenemos a través de la piel mediante la exposición a la radiación solar y es la forma más habitual de incorporarla al organismo.
  • Vitamina D2, también conocida como ergocalciferol, se obtiene de forma artificial en los vegetales y se utiliza para enriquecer alimentos y así asegurar la ingesta adecuada diaria.

Funciones de esta vitamina

Estas dos formas de vitaminas (D3, D2), que pasan por el hígado y finalmente en el riñón se transforman en una molécula biológicamente activa con acción hormonal. Estas formas activas favorecen la absorción de calcio en el intestino y en el riñón estimulan su reabsorción, por lo que participan y son indispensables para la formación y mineralización ósea. Sin embargo, a la vitamina D se le atribuyen más funciones porque se han descubierto receptores de esta vitamina en otros tejidos y células (músculo, corazón, cerebro, vasos sanguíneos, mama, colón, próstata, páncreas, sistema inmune y piel). Se sabe que interviene en el sistema nervioso favoreciendo que el impulso eléctrico llegue a los músculos, fortalece el sistema inmune ayudando a prevenir la aparición de infecciones y enfermedades, favorece el control de la presión arterial y también interviene en la secreción de la hormona insulina estimulando su producción en el páncreas y ayudando a las células a no desarrollar una intolerancia, disminuyendo así la posibilidad de crear resistencia y padecer diabetes con el paso de los años. También se ha descubierto que existe una relación directa entre la vitamina D y la producción de serotonina favoreciendo el sentirse de mejor humor y disminuyendo la sensación de cansancio.

Incluso en los últimos años existen estudios que le otorgan un papel protector frente a algunas enfermedades como artritis reumatoide, esclerosis múltiple y cáncer de colon.

Por qué tenemos falta o déficit de vitamina D

El déficit puede aparecer porque no hay un consumo suficiente de vitamina D a través de la dieta, no se absorbe suficiente vitamina D de los alimentos por un problema de malabsorción, existe alguna enfermedad renal o hepática que impide convertir la vitamina D en su forma activa o por la toma de medicamentos que limita la absorción de esta vitamina. También hay que tener en cuenta que, con la edad, de forma natural, la piel pierde su capacidad para producir esta vitamina y las personas con piel de coloración oscura tienen menos capacidad de síntesis de vitamina D. También se sabe que la obesidad obstaculiza el paso de la vitamina D a la sangre ya que cierta cantidad de esta vitamina se adhiere a la grasa por ser una vitamina liposoluble (soluble en grasa)

Aun así, la causa más común que provoca el déficit de esta vitamina es por la falta de exposición solar asociado al uso de cremas solares de alta protección que actúan como pantalla solar, para prevenir la aparición del cáncer de piel. Nos hemos habituado a vivir y trabajar en espacios interiores donde, aunque haya luz, no filtra los rayos solares.

Recomendaciones específicas para evitar la deficiencia

  • Es importante tener en cuenta los alimentos ricos en vitamina D, ya que son pocos y deberemos escoger adecuadamente
  • Se encuentra en: aceite de hígado de pescado, pescado azul, huevos, mantequilla, nata, queso, leche enriquecida y, curiosamente, champiñones expuestos a radiación ultravioleta.
  • También están en alimentos enriquecidos con vitamina D como bebidas de soja o de arroz, zumos o cereales.
  • El aceite de hígado de pescado y los pescados grasos o azules que se alimentan de plancton que absorben mucha luz solar (arenque, salmón, sardina, caballa, atún…) son las fuentes alimentarias más ricas en vitamina D.
  • La leche humana y la leche de vaca no enriquecida tienden a ser fuentes pobres de vitamina D. Sin embargo, la leche continúa siendo el alimento de elección para el enriquecimiento de la vitamina D debido a su contenido en calcio.
  • La vitamina D es muy estable y no se deteriora cuando los alimentos se calientan o se almacenan durante períodos prolongados.
  • La vitamina D también la sintetiza el organismo a través del contacto de la piel con los rayos solares, por ello se recomienda pasear entre 10-15 minutos al día en horas de sol para sintetizar dicha vitamina. Es suficiente con exponer la cara y los brazos, lógicamente evitando horas de máxima radiación solar en verano (de 11-16h)
  • Cuando no se expone la piel al sol y no se logra consumir suficientes alimentos enriquecidos o fuentes naturales de vitamina D, otra opción es tomar suplementos de vitamina D. Esta elección siempre debe estar supervisada por un médico y llevar un control.

¿Qué signos o síntomas aparecen cuando hay una deficiencia de vitamina D?

Si la deficiencia es leve no suele producir síntomas o signos. Si la carencia es más grave se produce una pérdida de la densidad ósea favoreciendo el riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas. En niños esta situación puede causar raquitismo haciendo que los huesos sean más blandos y se doblen. En adultos, los casos de deficiencia severa pueden conducir a la osteomalacia, que cursa con huesos débiles, dolor y debilidad muscular.

¿Existe la toxicidad por hipervitaminosis?

Debemos tener la precaución de no excedernos con la ingesta de vitamina D ya que se almacena en el organismo y si las concentraciones en sangre son demasiado elevadas puede dar signos de toxicidad como náuseas, vómitos, pérdida de apetito, debilidad y pérdida de peso. Además, la hipervitaminosis D también conlleva unos niveles elevados de calcio en sangre que puede causar confusión, desorientación, problemas en el ritmo cardíaco e incluso provocar daños en los riñones. Sin embargo, llegar a una concentración de vitamina D que se considere perjudicial sólo se puede lograr tomando suplementos, nunca con una exposición excesiva al sol, ya que en caso de haber demasiada vitamina D en sangre, el cuerpo limita su producción.