Las estrías en el embarazo son lesiones en la piel que tienen un aspecto violáceo y alargado y que se producen por la influencia de las hormonas, pero, también, por el aumento de peso que se produce durante el embarazo, que da lugar a la rotura de las fibras de colágeno de la piel en las zonas que más se distienden. Se producen con mayor frecuencia en la zona de las mamas y en la zona abdominal. Su aspecto es antiestético y es un motivo frecuente de consulta durante el embarazo.
Las estrías, en un inicio, son de aspecto rosado o violáceo, más tarde suelen evolucionar a un aspecto más blanco como nacarado. Su amplitud suele ser de unos 5 centímetros y tener un grosor de entre 3 y 5 milímetros. No producen dolor.
Se producen porque al haber un aumento de volumen sobre la piel, provoca la rotura de las fibras de colágeno y elastina de esta en su parte interna, conocida como dermis, esta rotura da lugar a pequeñas cicatrices internas conocidas como estrías.
Las estrías en el embarazo tienen también un componente hormonal, ya que las hormonas producen una alteración de la elasticidad de la piel, lo que se traduce en una menor elasticidad y una mayor facilidad para la producción de las estrías.
Por otra parte, hay otro componente que es genético, las personas de piel clara y con piel seca tienen mayor probabilidad de sufrir este trastorno.
La prevención de las estrías se debe establecer desde el inicio del embarazo. No se puede prevenir el cambio de volumen que se produce durante el mismo, pero sí controlar la ganancia ponderal de peso manteniendo la misma en los parámetros de entre 9 y 12 kilos, al evitar coger peso rápidamente también se evitará en parte este proceso. Por tanto, seguir una dieta saludable durante el embarazo y “no comer por dos” evita las estrías.
Por otra parte, mantener una constante hidratación de la piel también evita la aparición de estrías. Es necesario hidratar la piel del cuerpo al menos 3 veces días, para ello existen cremas antiestrías; las que contienen aloe vera, aceite de argán o la centella asiática son especialmente recomendables para este proceso. Al aplicarse la crema es recomendable realizar un masaje sobre la zona, esto ayuda a penetrar mejor la sustancia y favorece un mejor riego sanguíneo de la zona.
Además de la aplicación de cremas, es necesaria la hidratación de la mujer; bebiendo al menos 2 litros de agua diarios, evitando la exposición solar durante el embarazo y, si se expone al sol, realizarlo con protección solar y no fumando, no solo por el embrión sino también por el cuidado de la piel.
Si las estrías han aparecido, debemos tratar de mejorar su aspecto. Cuanto más superficiales son las estrías, más fácil es su tratamiento y, cuanto más profundas, más se dificulta su desaparición, pero siempre podemos intentar que se disimulen y sean menos llamativas.
El aspecto de las estrías es importante para su tratamiento, cuando están violáceas o rosadas presenta una vascularización mayor, son de menor evolución y su tratamiento es más fácil. Cuando su aspecto es nacarado, se puede decir que son cicatriciales y llevan más tiempo y son más difíciles de tratar. Es por tanto importante comenzar el tratamiento tan pronto como se percibe la aparición de las mismas.
Tratamientos como la dermoabrasión, la radiofrecuencia, la mesoterapia o la carboxiterapia son eficaces para su tratamiento.
Las microdermoabrasiones es un método mecánico que elimina las capas superficiales de la piel, dando lugar a una generación de colágeno y elastina. Es uno de los métodos más empleados, pero se debe aplicar al terminar el embarazo.
La radiofrecuencia aumenta la producción de colágeno y elastina mediante corriente de alta frecuencia que elevan la temperatura de la piel, estimulando los fibroblastos. También se debe emplear tras terminar el embarazo.
La mesoterapia inyecta sustancias bajo la piel que estimulan el crecimiento de los fibroblastos. Esta sustancia se pone en pequeña cantidad y, como las anteriores, se realiza al término del embarazo.
La carboxiterapia es la inyección de gas carbónico la piel, esto se traduce en un aumento de la oxigenación y como resultado se produce una mayor elasticidad en la misma.
Además de estos procedimientos, debemos seguir manteniendo una correcta hidratación de la piel para conseguir una mayor elasticidad.