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¿En Qué Consiste la Inseminación Artificial?

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Con los cambios de vida actuales en nuestro medio cada vez es más frecuente acceder a la maternidad a más edad, los factores ambientales de estrés, sobrepeso, hábitos tóxicos que influyen de manera negativa sobre la fertilidad, los nuevos modelos de familia: madres solas, parejas de mujeres… y los avances a nivel de conocimiento y tecnología para dar solución a más problemas de esterilidad hacen que cada vez haya más demanda de tratamientos de reproducción asistida.
La fertilización in vitro es el procedimiento más sofisticado de inseminación artificial y se indica cuando ha habido fracasos con otros tratamientos.

Un poco de historia…

En 1978 nació el primer “bebé probeta” de la historia, una niña sana que fue concebida en un laboratorio por primera vez, llenando portadas de revistas y periódicos. En estos 40 años los tratamientos han evolucionado desde todos los puntos de vista: medicaciones mucho más precisas y con menos efectos secundarios, mejores conocimientos de la biología y la genética, técnicas de laboratorio más eficientes, materiales de laboratorio más modernos. Todo ello ha permitido dejar embarazadas a pacientes que por su problema en concreto no lo hubiesen conseguido años atrás. Podemos tener mejores resultados sin correr tantos riesgos, se ha reducido en mucho la tasa de gestaciones múltiples y de efectos secundarios graves. Se pueden quedar embarazadas muchas mujeres de edad avanzada o con menopausia precoz gracias a los programas de donación de óvulos, mujeres solas o parejas femeninas con banco de semen… Las posibilidades son muchas, excepto la gestación subrogada (o “vientre de alquiler”), que en nuestro país es ilegal, el resto se puede realizar aquí con garantías y con un nivel de calidad altísimo, tanto de los profesionales como de los laboratorios, que hace que incluso personas de otros países de Europa vengan a hacerse su tratamiento de reproducción en España.

Tratamientos de fertilidad

Los tratamientos de fertilidad son múltiples, y será el profesional especialista quien decida, en función de los resultados de las pruebas realizadas en cada caso, el más adecuado. De más sencillo a más sofisticado, podemos distinguir tres distintos: inducción de la ovulación, Inseminación artificial y Fertilización in vitro.

  • Inducción de la ovulación: es el tratamiento más sencillo, para casos muy concretos de parejas en los que la mujer presenta ciclos irregulares o amenorrea (no tiene la regla) y el varón presenta un seminograma normal. En estos casos, se puede administrar un tratamiento oral durante cinco días para forzar una ovulación cinco días más tarde y programar relaciones sexuales ese día, con una tasa de éxitos bastante mediocre pero útil en casos muy seleccionados. O un tratamiento más selectivo, que se administra inyectado subcutáneo para forzar el crecimiento y maduración de un óvulo que se va observando cada dos o tres días ecográficamente y cuando está en su momento óptimo se administra una medicación distinta que lo hará ovular con precisión en unas 36 horas, momento en que la pareja debe tener relaciones. Y para asegurar mejores resultados se reforzará las siguientes semanas con progesterona natural para mantener el embarazo si este se produce.
  • Inseminación artificial: se puede realizar con semen de la pareja o con semen de donante. Se recurrirá a semen de donante cuando no hay pareja o no hay pareja masculina o cuando haya un resultado de azoospermia (ausencia de espermatozoides) en el resultado del seminograma de la pareja o que sea portador de alguna alteración genética que haga desaconsejable el embarazo.

Con semen de la pareja está indicado en casos de alteraciones leves del seminograma, en esterilidad de causa desconocida y en casos de alteraciones del cuello del útero que dificulten el ascenso de los espermatozoides.

En ambos casos el tratamiento es el mismo:  se administra diariamente un tratamiento por vía subcutánea para conseguir una estimulación suave de los ovarios y obtener uno o dos óvulos. Se va monitorizando ecográficamente su crecimiento y cuando están maduros se administra otra medicación para darles el último empujón como hemos descrito en el caso de la inducción de la ovulación y, a las 36 horas, se prepara una muestra de semen de la pareja o de banco y se purifica aislando los espermatozoides más sanos y rápidos del resto de componentes del semen y se deposita en el interior del útero con una cánula, acercándolos así a las trompas donde se producirá la fecundación de forma natural. El tratamiento hasta la inseminación dura 10-15 días. Reforzaremos igualmente la progesterona durante las primeras semanas.

  • Fertilización in vitro: es el procedimiento más sofisticado, y se indica cuando ha habido fracasos con otros tratamientos, en casos de alteraciones severas del seminograma y cuando hay alteraciones de las trompas y en esterilidad de origen desconocido.

Incluye distintas etapas:

  • Estimulación ovárica: se trata de hacer un tratamiento similar al de estimulación de la ovulación de la inseminación in vitro, pero con la pretensión de conseguir el máximo de óvulos posibles.
  • Punción folicular: cuando los óvulos están están maduros, bajo sedación, en quirófano, se realiza una punción ecoguiada por vía vaginal y se obtienen múltiples óvulos. Es una intervención ambulatoria sencilla.
  • Fecundación en el laboratorio: los óvulos obtenidos se unen a una muestra seleccionada y preparada de semen para ser fecundados igual que lo harían en las trompas. En casos especiales en que no haya apenas disponibilidad de espermatozoides se puede realizar una técnica llamada ICSI en la que en el laboratorio se inyecta un espermatozoide al óvulo para fecundarlo.
  • Cultivo embrionario en el laboratorio: los embriones conseguidos se mantienen en el laboratorio en unas condiciones muy sofisticadas de medio, temperatura, pH… y se van observando diariamente y supervisando su crecimiento.  A medida que crecen se van dividiendo, y según su forma y su manera de dividirse el biólogo informa de la calidad de cada uno de ellos.
  • Transferencia del o los embriones: a los dos, tres o cinco días se escogen los embriones mejores y se depositan con una cánula muy fina en el fondo del útero.
  • Criopreservación o congelación de los embriones sobrantes: si han quedado embriones se congelan para transferir en ciclos posteriores si no hay éxito o para un nuevo embarazo.

Así pues, hay muchas opciones y actualmente se puede decir que casi cada caso tiene su solución.