El embarazos gemelar o múltiple en los que se produce la gestación simultánea de 2 o más fetos puede desarrollarse de las siguientes formas:
Se trata de la coincidencia de la formación de 2 o más embriones diferentes en el tiempo. Es los que, en términos médicos, se denomina gestación bicigótica, bicorial y biamniótica.
Este tipo de embarazos, actualmente, ha incrementado su frecuencia debido al uso de técnicas de reproducción asistida.
En el caso de los embarazos producidos por la fecundación de dos o más óvulos a la vez, cada embrión se desarrolla de forma independiente. Son niños genéticamente diferentes, que pueden ser del mismo o distinto sexo y no tienen por qué parecerse físicamente más de lo que se pueden parecer dos hermanos. En el desarrollo de este tipo de embarazos se observa, según progresa el embarazo, dos cavidades amnióticas (biamnióticos) y dos placentas (bicoriales).
En el caso de gemelos producidos por la división de un embrión (gestación monocigótica), da lugar a niños genéticamente iguales, con el mismo sexo, grupo sanguíneo, etc. Son niños con rasgos físicos y psíquicos casi idénticos. Este tipo de gestaciones, según el momento en la que el embrión se divida, pueden desarrollarse como:
El seguimiento de este tipo de embarazos es similar al de una gestación única, aunque se ajustan las revisiones para reforzar el seguimiento y descartar la aparición de posibles complicaciones y alteraciones fetales que, al poder ser frecuentes, hacen que este tipo de embarazos se consideren de riesgo.
El diagnóstico ecográfico del embarazo gemelar o múltiple en el primer trimestre es fundamental y, en ocasiones, sobre todo si la primera ecografía transvaginal se realiza muy precozmente, puede haber dudas sobre la presencia real de una gestación múltiple. El diagnóstico ecográfico de cuál es el tipo de embarazo múltiple que presenta la gestante puede aumentar las visitas para realizar controles ecográficos, tanto en ese periodo, como posteriormente para el seguimiento del resto del embarazo, pudiendo ser bisemanales o semanales.
El control materno en cuanto al aumento de peso y la evolución de su tensión arterial también se realiza de forma estrecha.
De forma general, los partos de este tipo de embarazos son precoces, lo que determina en muchos de los casos el nacimiento de fetos prematuros (inmaduros y con bajo peso).
En el proceso del parto, el control del posible sufrimiento fetal y de la salud de la madre es fundamental. Se controla mucho el tiempo de evolución del parto, ya que, es normal que pueda alargarse tanto la fase de dilatación como el periodo expulsivo, debido a la gran distensión uterina que favorece que las contracciones puedan ser irregulares y no muy intensas. Por este motivo, en muchas ocasiones y según la prematuridad del parto y la presentación de los fetos (si están con la cabeza hacia abajo o con los pies), así como la aparición de otros posibles riesgos que lo aconsejen, el ginecólogo realizará si es preciso la indicación de llevar a cabo una cesárea.
Los síntomas que presenta la embarazada en este tipo de gestaciones se puede decir que son similares al reto de embarazos, pero, con una intensidad a veces aumentada y en ocasiones más precoces.
Las gestantes de embarazos múltiples, durante los primeros meses de embarazo, pueden presentar episodios más intensos de vómitos y náuseas que en una gestación de un solo embrión, por el aumento hormonal que se produce (gonadotropina coriónica).
Según avanza el embarazo, la distensión abdominal para albergar un útero con mayor aumento de volumen produce en la madre una sobrecarga de peso que repercute en su capacidad de movimiento, aparición de dolores de espalda y dolores abdominales de una forma más precoz. Es más frecuente también la aparición de hemorroides, estreñimiento, aumento de la frecuencia miccional, aparición de edemas en las piernas o varices. La aparición de anemia en la madre puede ser también más frecuente que en un embarazo único. Por último, la aparición en el último trimestre de preeclampsia con aumento de la tensión arterial y los edemas puede estar favorecido por el incremento de peso y la dificultad del retorno venoso en estas gestantes.
Sí, este tipo de embarazos pueden estar asociados de forma frecuente a mayor posibilidad de abortos, rotura prematura de la membrana amniótica, placenta previa, desprendimiento prematuro de la placenta, torsión umbilical, etc. Además, en cuanto al desarrollo de los fetos, también se pueden dar complicaciones, con una incidencia mayor de malformaciones congénitas. Asimismo, pueden aparecer otro tipo de complicaciones graves en los fetos como muerte de uno de ellos, gemelos discordantes con una diferencia de tamaño importante entre ellos, aparición del síndrome de transfusión feto-fetal, etc.