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El Síndrome de Aspiración de Meconio

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El parto de un niño a término normalmente sucede sin problemas, pero, en algunos casos, las complicaciones pueden estar presentes y una de ellas es el síndrome de aspiración meconial, una situación que potencialmente puede ser muy grave.
Si el bebé realiza su primera deposición antes de nacer o durante el parto, puede aspirarlo con la primera respiración. Ese material denso y pegajoso puede obstruir total o parcialmente las vías respiratorias, irritarlas y comprometer la vida del bebé.

¿Qué es el meconio?

La palabra meconio deriva del griego mekoni, que significa “jugo adormecedor u opio”. Aristóteles observó que había una relación entre la tinción por meconio del líquido amniótico y un estado de sueño fetal.

El meconio es una sustancia viscosa y espesa de color verde oscuro a negro que se compone de células muertas y secreciones del aparato digestivo y la bilis que secreta el hígado. Es la materia fecal que se va formando en el colon del feto. El meconio son las primeras heces que el bebé expulsa tras el nacimiento en las primeras 48 horas de vida. La no expulsión del meconio es un signo de alarma en el bebé que debe ser valorado por el pediatra.

¿Qué es el síndrome de aspiración meconial?

Si el bebé realiza su primera deposición antes de nacer o durante el parto, puede aspirarlo con la primera respiración. Ese material denso y pegajoso puede obstruir total o parcialmente las vías respiratorias, irritarlas y comprometer la vida del bebé.

La aspiración de meconio afecta al sistema respiratorio porque produce una irritación química de los tejidos del pulmón, dificulta el paso del aire, se puede infectar y afecta a la correcta función pulmonar.

Puede no ser grave, porque se ha detectado a tiempo y el pediatra puede retirar el meconio antes de la primera respiración, o muy grave, debido a que el bebé ha inhalado muchísima cantidad.

En el caso de que el bebé haya realizado su primera expulsión de meconio dentro del útero, éste puede quedar en la tráquea y llegar a los pulmones cuando el feto boquea por alguna situación de estrés intrauterino.

Aproximadamente hasta el 25% de los nacimientos presentan el líquido amniótico amarillento (es lo que llamamos aguas meconiales). Sólo el 10% de estos presenta un síndrome de aspiración meconial.

Causas

Como hemos comentado antes, la aspiración meconial se relaciona con el sufrimiento fetal, aunque no siempre. Está relacionada con problemas durante el embarazo como infecciones, vuelta de cordón umbilical o dificultades durante el parto.

El bebé intraútero no respira, ya que el oxígeno que necesita para vivir lo obtiene de su madre mediante el cordón umbilical. Cuando cualquier circunstancia que provoca una hipoxia (disminución del aporte de oxígeno), incrementa la actividad o peristaltismo en el intestino del bebé y una relajación del esfínter anal se produce la consiguiente expulsión de meconio en el líquido amniótico. Además, en las situaciones de hipoxia, el feto tiene el reflejo de boquear para conseguir más oxígeno y es en estas circunstancias donde puede aspirar el meconio que está flotando en el líquido amniótico.

Factores de riesgo para desarrollar un síndrome de aspiración meconial

Podemos relacionar el síndrome de aspiración meconial con las siguientes circunstancias:

  • Dificultades en el parto o parto difícil.
  • Edad gestacional avanzada (42 semanas o más).
  • Madre fumadora.
  • Diabetes, hipertensión, o enfermedad respiratoria o cardiovascular de la madre durante el embarazo.
  • Complicaciones del cordón umbilical, como la vuelta de cordón.
  • Retraso del crecimiento intrauterino.
  • La prematuridad no es un riesgo, sino todo lo contrario. Es muy infrecuente que los bebés nacidos antes de las 34 semanas presenten un síndrome de aspiración meconial.

¿Cómo podemos sospecharlo? Síntomas y signos

Durante el nacimiento, el ginecólogo o la matrona pueden detectar uno o más signos que los alertan de una expulsión de meconio precoz:

  • Observar restos de meconio en el líquido amniótico: pueden ser sólo aguas teñidas o bien presentar vetas de color verde oscuro.
  • Piel del recién nacido con manchas verdosas.
  • Cianosis del bebé: un color azulado de la piel y las mucosas del bebé que es un reflejo de que tiene problemas respiratorios.
  • Dificultad para respirar al nacer: esto puede ir desde la apnea (no se observan movimientos respiratorios en el recién nacido) hasta la taquipnea (es una respiración muy rápida y dificultosa).
  • Baja frecuencia cardíaca o bradicardia antes del nacimiento. Esto es un reflejo de sufrimiento fetal.
  • Puntuación baja en el APGAR: es la escala que evalúa el bienestar del recién nacido, donde se miran los reflejos, la frecuencia cardíaca, el tono muscular y la respiración.
  • Hipotonía.
  • Signos de postmaduridad: son signos de que el bebé ha pasado más de 42 semanas dentro del útero.

Tratamiento

Tras la sospecha de una posible aspiración meconial, el tratamiento empieza en el mismo momento del parto. Lo ideal es que el bebé no haga su primera respiración para que el pediatra o neonatólogo revise y limpie, en el caso de que haya meconio, la vía aérea superior. Esta rápida maniobra evita la aspiración meconial y la introducción del mismo hasta los pulmones.

En el caso de que el bebé haya aspirado el meconio y presente signos de dificultad respiratoria, el pediatra también intenta limpiar la vía aérea. Para ello se emplean unos tubos especiales que permiten introducirlos hasta la tráquea y permiten aspirar los restos de meconio. En estos casos una revisión exhaustiva del bebé, una radiografía de tórax y medidas de soporte ventilatorio pueden ser necesarias.

Complicaciones

En los casos más graves puede haber complicaciones pulmonares inmediatas como el neumotórax o las infecciones pulmonares, lo que llamamos neumonía por aspiración.

Parece que los niños que han presentado el síndrome de aspiración meconial son más propensos a tener hiperreactividad bronquial o asma.

Si la situación ha sido muy grave, en el momento del alta hospitalaria pueden necesitar oxígeno domiciliario.

Como los alveolos del recién nacido se pueden regenerar, a largo plazo, el pronóstico es favorable.

Los bebés gravemente afectados corren el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar crónica, anomalías en el desarrollo y sordera. Es por ello que a los bebés que padecen un síndrome de aspiración de meconio se les hacen pruebas para detectar posibles deficiencias auditivas o lesiones neurológicas.

¿Se puede prevenir?

Es importante informar a la embarazada de que si rompe aguas y observa que el líquido es de color amarillo o verde acuda de inmediato a su hospital de referencia.

Además, durante los partos, la importancia de la monitorización, informa a las matronas y ginecólogos de un posible sufrimiento fetal.

Si se sospecha a tiempo la presencia de meconio en el líquido amniótico, se puede realizar una amnioinfusión (infusión de solución salina en la cavidad amniótica), para eliminar el meconio del saco amniótico antes de que el bebé pueda inhalarlo durante el parto.

Además, el tratamiento precoz del recién nacido ha disminuido drásticamente las complicaciones y secuelas.

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