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Ejercicios Para Trabajar Tus Habilidades Sociales

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Suele pasar que el “piensa en positivo” no funciona, y el “sé tú mismo”, tampoco. ¿Quién no se ha sentido inadecuado alguna vez en una reunión social? ¿Quién no se ha visto superado en una situación tensa y no ha sabido responder o ha respondido de la peor de las maneras?  ¿La buena noticia? Las habilidades sociales se entrenan. Y lo que se entrena, se aprende.

Las habilidades sociales (HHSS) son conductas específicas que permiten dar respuestas eficaces en diferentes situaciones sociales.

¿Qué son las habilidades sociales?

Las habilidades sociales (HHSS) son conductas específicas que permiten dar respuestas eficaces en diferentes situaciones sociales. Si bien es cierto que hay circunstancias que pueden haber dificultado que la persona desarrolle habilidades (como una familia disfuncional, situaciones de acoso escolar, experiencias traumáticas que conduzcan al aislamiento), el hecho de ser, como decía Aristóteles, animales sociales por naturaleza, nos programa para tener una tendencia hacia lo social y con el entrenamiento adecuado las habilidades sociales se acaban integrando de forma natural. Dicho en otras palabras, es un aprendizaje que, si no se nace, se hace. No es que seas así, es que actúas así.

¿Qué hay tras la falta de habilidades sociales?

La falta de habilidad se puede explicar desde dos ángulos diferentes:

  • La persona tiene las habilidades necesarias, pero no las puede desarrollar debido a que le inhibe la ansiedad o le limitan ciertos pensamientos o creencias.
  • La persona no ha desarrollado en su repertorio conductual las estrategias sociales para poder relacionarse adecuadamente. Será este el tipo de dificultades en que nos centraremos.

Lo visible

  • Recurre a clásicos:
    • Para iniciar una conversación, utiliza la sonrisa como tu mejor aliada.
    • Mira a los ojos, genera conexión directa con el otro.
    • Haz preguntas abiertas, como “¿qué te gusta hacer?”, en vez de preguntas cerradas (que se responden con sí/no) como “¿te gusta la lectura?”. Tenemos dos orejas y una boca para escuchar el doble que hablamos.
    • Haz pequeñas autorrevelaciones que indiquen algo personal. Es el inicio de la cercanía.
    • Respeta los silencios como parte natural del diálogo y utilízalos como transición a un nuevo tema: “a propósito de lo que comentábamos antes…” o “por cierto, algo que no hemos hablado…”.
  • Crea sintonía: escuchar con atención a tu interlocutor adoptando y reflejando aspectos de su conducta no-verbal (gestos, miradas, expresiones, posturas…) y para-verbal (tono de voz, velocidad del habla, énfasis…). Si “espejamos” suavemente la conducta del otro, se sentirá más próximo a nosotros.
  • Presta atención a tu posición: una forma de ganar seguridad es adoptando la denominada “postura de poder” que implica tener la cabeza erguida, los hombros hacia atrás y los brazos extendidos o apoyados en las caderas. Se ha demostrado que mantenerla tiene efectos significativos a nivel hormonal (aumento de testosterona y disminución del cortisol, la hormona del estrés) y conductual.

Lo invisible

  • Dirige tu atención: cuando uno se está sacando el carné de conducir ve coches de autoescuela por todos lados. No es que haya más coches de autoescuela entonces, sino que estás focalizando tu atención hacia ellos. De igual manera, según si focalizas tu atención hacia los aspectos positivos o negativos de una situación vas a tener emociones positivas o negativas y por tanto vas a poder manejarte mejor o peor.
  • Empieza a ser amable contigo: transforma tus mensajes internos negativos en sentimientos y necesidades. Es importante poder pasar del “no valgo para nada” al “¿qué necesito transformar de mí?”. Aprende a hablarte a ti mismo como le hablarías a alguien a quien quieres.

Entre lo visible y lo invisible: la interacción

  • Cultiva tu empatía: la auténtica empatía no es sólo ponerte en los zapatos del otro, sino ponerte en los zapatos del otro desde su propia perspectiva del mundo, desde su ser más profundo. Puede ayudar estar plenamente presente en el momento sin juzgar lo que nos cuentan, intentando entender qué necesita el otro, qué siente, qué le está provocando esa situación…
  • Relativiza el punto de vista: en PNL (Programación Neurolingüística: modelo de comunicación que describe la dinámica entre la mente (neuro) y el lenguaje (lingüístico) y cómo la relación entre ambos afecta a nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestro comportamiento) existe lo que se denominan las tres posiciones perceptuales:
    • Primera posición: la atención está en lo que yo he sentido, pensado, visto y escuchado en una interacción.
    • Segunda posición: lo que creo que el otro sintió, pensó, vio y escuchó el otro en esa interacción.
    • Tercera posición: cuando la atención se aleja como un zoom viendo la escena de una forma global y aumentando la comprensión de la interacción social.
  • Sé asertivo: en un continuo donde en un extremo estaría la agresividad, y en otro la pasividad (no actuar), la asertividad estaría justo en el centro. Tiene que ver con el saber intercambiar la información necesaria para llegar a acuerdos de forma pacífica.
  • Aprende a disculparte: significa reconocer los sentimientos del otro, pero no es solamente decir “lo siento”. La auténtica disculpa se compone de tres partes:
    • Lo siento,
    • No debería haber hecho /dicho …, entiendo que sientas …
    • Lo que harás para no repetirlo.
  • Evita los conflictos innecesarios. Una técnica fundamental cuando ser asertivo no hace que el interlocutor rebaje sus exigencias es la técnica del disco rayado: se basa en repetir una y otra vez lo principal de lo que queremos expresar, dejando de atender las partes de la conversación que no nos interesan. Por ejemplo, para responder ante la insistencia de alguien. El mensaje se puede repetir de forma exacta o con pequeñas variaciones. Ej.: “no, muchas gracias”, “no, te lo agradezco”, “no, muy agradecido”.
  • Influye en los otros. El reforzamiento tipo sándwich es una manera de expresar desacuerdo y pedir un cambio de conducta en el otro. Implica presentar una idea negativa entre dos positivas. Ej. Alguien te pregunta si quieres ir al teatro pero tú lo aborreces. “Me apetece mucho hacer algo contigo (+), pero no me gusta el teatro demasiado (-), seguro que encuentras a alguien que vaya contigo (+)”.
  • Aprende a hacer críticas: la aserción negativa de ataque es una estrategia comunicativa en la que antes de decir lo que creemos que le va a molestar al otro, verbalizamos anticipadamente nuestro temor a que le moleste o le irrite. Ej. “No pienses que me caes mal, pero no me gusta prestar mis cosas”.

EJERCICIO: LA TÉCNICA DEL MODELADO

Elige una persona que tenga una competencia social que te gustaría tener. Obsérvala atentamente en su forma de actuar y tómala como modelo. Cuando se produzca una situación que requiera esa habilidad por tu parte, imita a esa persona como si fueras un actor representando un papel. Intenta pensar, sentir y actuar como pensaría, sentiría y actuaría esa persona. Después analiza qué te ha salido bien en tu nueva forma de manejar la situación y qué sería mejorable. Y vuelve a empezar. Repítelo hasta hacerlo tuyo.

Experimentarse a uno mismo haciendo las cosas de forma diferente hace que nos pensemos y nos sintamos diferente. Éste es el inicio del cambio.

¿Una última recomendación?

Ejercita tu carisma, entrena cada vez habilidades más exigentes para ti. Surfea cada vez olas más altas.