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Eccemas

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Dermatitis o eccema son palabras que denotan un proceso inflamatorio de la piel caracterizado por picor, erupciones en vesículas o ampollas y descamación. Existen muchos tipos de eccema, por diferentes causas, internas y externas. Cada tipo puede necesitar de diferentes estudios, pruebas diagnósticas y tratamientos.

Dermatitis o eccema son palabras que denotan un proceso inflamatorio de la piel caracterizado por picor, erupciones en vesículas o ampollas y descamación.

¿Qué causa los eccemas?

Las causas pueden ser muy variadas. Lo primero que debemos conocer es que no todos los eccemas tienen una causa alérgica. Muchos son debidos a una predisposición personal a manifestar sequedad e irritación en la piel. Otros pueden tener que ver con procesos relacionados con la edad, y sólo algunos son el resultado de una dermatitis de contacto alérgica, que debe estudiarse mediante unas pruebas de alergia específicas.

Eccemas endógenos

Se llama así a los eccemas de causa interna. Los más frecuentes son la dermatitis atópica y la dermatitis seborreica.

Dermatitis atópica

  • La dermatitis atópica es una enfermedad que puede aparecer a cualquier edad, normalmente en el primer año de vida. Suele durar hasta la adolescencia.  No es contagiosa y suele comportarse como una enfermedad benigna. El paciente atópico puede presentar además asma o rinitis alérgica, y antecedentes de estas enfermedades en su familia. La piel del niño reacciona con picor ante cualquier irritante o agresor externo, es seca y descamativa. Son niños que rechazan el baño con jabones muy perfumados, que se irritan al contacto con ciertas fibras textiles, o por el sudor. En la mayoría de los casos, las dermatitis atópicas infantiles mejoran en la adolescencia, pero la dermatitis atópica del adulto es una enfermedad más persistente y recurrente. El niño atópico sufre de piel seca, no retiene correctamente el agua, y las medidas básicas deben tener como objetivo cuidarla e hidratarla.
  • Debemos evitar los baños excesivos, con agua muy caliente, los jabones o detergentes en exceso, el contacto con lana y fibras artificiales (lycra, tergal, nylon). El niño debe bañarse sin esponja ni manopla, y sin frotar la piel. Hay que secar al niño suavemente. La piel debe hidratarse inmediatamente después del baño (no esperar) con una crema emoliente adecuada, aprovechando el momento para aplicar el tratamiento que indique el médico sobre las áreas afectas. Es recomendable no usar suavizante en exceso para lavar la ropa. Son niños “calurosos”. Hay que evitar el calor y el sudor, y el calzado deportivo durante muchas horas. En muchos niños atópicos, la reducción de los ácaros del polvo en el ambiente (retirando fuentes de polvo: moquetas, alfombras, cortinas) mejora su dermatitis.
  • En la actualidad existen numerosos tratamientos tópicos y orales para las formas graves de eccema atópico. Entre las cremas señalaremos los diferentes corticoides e inhibidores de la calcineurina (tacrolimus y pimecrolimus), y los tratamientos sistémicos (administrados en pastillas o inyecciones) incluyen la ciclosporina, el metotrexate, la azatioprina y el dupilumab. También existe la posibilidad de tratar la dermatitis atópica mediante fototerapia con radiación ultravioleta B de banda estrecha. En general, estos medicamentos sólo se administran en los hospitales públicos.

Dermatitis seborreica

  • Se trata de otro eccema o dermatitis muy frecuente, caracterizado por enrojecimiento, picor y descamación en áreas bastante típicas: la zona central de la cara, las cejas, el cuero cabelludo, la zona de detrás de las orejas, el pecho o la espalda. También puede provocar una “caspa grasa” por todo el cuero cabelludo. El padecerla suele tener una causa genética, y el estrés o los cambios de tiempo actúan como desencadenantes más habituales de los brotes. Los pacientes deben aprender a controlarlos mediante la medicación disponible, pero no es posible curarla para siempre. Habitualmente se trata con antifúngicos, corticoides e inhibidores de la calcineurina en forma de cremas o pomadas.

Eccemas exógenos

Son los causados por agentes externos, y fundamentalmente están representados por la dermatitis de contacto, irritativa o alérgica.

Dermatitis de contacto irritativa

La forma más frecuente viene representada por la dermatitis crónica de manos o “dermatitis del ama de casa”. Ocurre como resultado de la exposición diaria y continuada a irritantes como el agua, el jabón, los detergentes o los alimentos. Le puede ocurrir a la persona que realiza tareas de casa, o profesiones que incluyen mucho trabajo manual, como la hostelería o la limpieza. La manipulación constante de productos que son irritantes para la piel desencadena una pérdida de la barrera protectora de la misma, con picor, sequedad e inflamación. No existe un mecanismo alérgico, aunque en algunos pacientes pueden darse conjuntamente el mecanismo irritativo y alérgico.

Dermatitis de contacto alérgica

  • Se trata de un eccema o dermatitis provocado por sensibilización alérgica a determinadas sustancias. No nacemos con alergia de contacto, sino que vamos desarrollando sensibilización a las cosas que exponemos a nuestra piel. Por ello, cada persona, en función de una predisposición personal, y de lo que esté en contacto con su piel de acuerdo con sus hábitos y ocupaciones, desarrollará alergias a una u otra sustancia. Por ejemplo, las peluqueras pueden desarrollar alergia a los tintes del pelo si no se protegen las manos con guantes cuando los manipulan. El mecánico puede hacerse alérgico a gomas o lubricantes, y el carpintero a las colas de contacto. La alergia de contacto se diagnostica con las pruebas epicutáneas o prueba del parche. Es una prueba distinta a la que se usa para el estudio del asma, la rinitis o la conjuntivitis alérgicas. La puede realizar un dermatólogo o un alergólogo.
  • Una vez estudiadas, estas dermatitis tienen que tratarse evitando la exposición a la causa, En el caso de las irritativas, hay que protegerse de los irritantes con guantes o cremas bar En el caso de las dermatitis alérgicas, hay que conocer bien dónde está la sustancia responsable de la alergia para poder evitarla. Una vez uno tiene este tipo de alergia, persistirá durante toda la vida. No existen “vacunas” para desensibilizar al paciente, como en otras alergias.