Cuando hablamos de alimentos ricos en calcio, hacemos una asociación directa con los productos lácteos, por ser una de las principales fuentes donde se encuentra este mineral. Una alimentación saludable debe aportar entre 800-1000mg de calcio al día, aunque hay etapas donde estas necesidades están aumentadas como en el embarazo, la lactancia y en la menopausia.
Para asegurar una ingesta óptima de este mineral se recomienda tomar dos o tres raciones de lácteos al día, siendo una ración el equivalente a un vaso de leche, dos yogures naturales, preferiblemente sin azúcar y 60 gramos de queso curado o 125 gramos de queso fresco.
Pero si decidimos no tomar lácteos debido a una intolerancia a lactosa (azúcar de la leche), alergia a la caseína (proteína de le leche) o por la decisión de seguir una dieta sin lácteos, no tiene por qué suponer ningún problema si sabemos qué alimentos elegir ricos en calcio y cómo combinarlos para favorecer su absorción. Podemos asegurar una ingesta óptima de calcio siguiendo algunos consejos:
Las verduras de hoja verde son alimentos ricos en calcio (acelgas, espinacas, berros, brócoli, col rizada, perejil o lechuga) pero este calcio vegetal no se aprovecha tan bien como en los lácteos. Si consumimos las verduras mezcladas con semillas, frutos secos o legumbres aumentamos la cantidad de calcio y enriquecemos el plato. Podemos incluir las verduras como acompañamiento del plato y consumirlas en forma de ensaladas, salteadas, al vapor, en sopas y purés.
Las semillas de sésamo son una buena fuente de calcio, pero para que esté disponible y se aproveche mejor, se recomienda triturarlas en un molinillo de café o similar. Se pueden consumir crudas o tostadas y podemos añadirlas en los purés, salteados, ensaladas, yogur y postres. También podemos consumirlas en forma de crema o pasta (tahini) para elaborar el hummus o formando parte de platos de pasta o arroz. Las semillas de lino y chía también son buenas fuentes de calcio.
Los frutos secos son una buena fuente natural de calcio. Son alimentos muy saludables, ideales para incluirlos en el desayuno o a media tarde. Añadir un puñadito equivale a una ración, aproximadamente 25 gramos. También pueden formar parte de platos como en purés, ensaladas, salteados, guisos, pastas, arroces y postres. Las almendras y las avellanas son los frutos secos que mayor cantidad de calcio contienen. Una ración de 100 gramos de almendras aporta casi el doble de calcio que medio vaso de leche. También son buenas fuentes los pistachos y las nueces.
Dentro de este grupo, la soja destaca por ser la más rica en calcio. Así, 100 gramos de soja aportan aproximadamente la misma dosis de calcio que un vaso de leche. En forma de bebida como bebida de soja es una buena alternativa para las personas alérgicas a algún componente de la leche de vaca. También sus derivados son fuentes importantes de calcio (tofu, tempeh, miso). Otras legumbres como los altramuces, alubias, garbanzos y habas también son buenas alterativas por ser ricas en calcio.
Si consumimos las legumbres mezcladas con semillas o frutos secos enriquecemos el plato añadiendo más calcio.
Los pescados azules de hueso blando que se ingieren con la espina (sardinas, anchoas y boquerón) son una buena fuente de calcio. Especialmente destacan las sardinas enlatadas, ya que durante el tratamiento térmico al que es sometida la conserva para el consumo, la espina se ablanda y el calcio de las espinas pasa a la carne. Además, contienen vitamina D que ayuda al organismo en la absorción del calcio. Los crustáceos y mariscos como el calamar, pulpo, almejas, berberechos, langostinos y mejillones también son buenas fuentes de calcio.
Una combinación saludable consiste en mezclar el pescado azul (sardinas) con los frutos secos (salsa de almendras, picada de avellana) ya que nos aporta calcio y vitamina D.
Son vegetales que provienen del mar y son unas de las fuentes más ricas de calcio de origen vegetal. Cada vez se utilizan más en la gastronomía, pero se debe tener en cuenta que son alimentos muy concentrados, por lo que no se debe consumir en grandes cantidades. La más ricas en calcio es el alga wakame, 100g de alga contiene 10 veces más calcio que medio vaso de leche. También destacan por su contenido en calcio las algas Hiziki, arame, kombu, espagueti de mar, nori
Su sabor es intenso y pueden formar parte de platos como ensaladas, sopas, guisos, mezcladas con legumbres o arroz y recetas más elaboradas como paté de algas
Por último, destacaremos que para aprovechar el calcio que consumimos, hay ciertos nutrientes de los alimentos que actúan como aliados del calcio, favoreciendo su absorción (vitamina D, magnesio). Por contra, deberíamos evitar el consumo de ciertos alimentos y nutrientes junto con los alimentos ricos en calcio, por inhibir su absorción (cafeína, alcohol, oxalato, fitato y un exceso de sodio y proteína).