Los carbohidratos o hidratos de carbono son las moléculas formadas principalmente por hidrógeno, oxígeno y carbono. Estas se encuentran en los azúcares, la pasta, y las harinas, sobre todo. Su acción en el organismo es conseguir energía de forma rápida. Su exceso se almacena en forma de grasa para ser consumida por el organismo con posterioridad.
Hay diferentes tipos de hidratos de carbono: los monosacáridos, los disacáridos, los oligosacáridos y los polisacáridos.
Los alimentos bajos en carbohidratos son principalmente:
Las bebidas bajas en carbohidratos son el agua y las infusiones sin azúcar, café, té y manzanilla.
No es saludable consumir en ningún caso bebidas azucaradas como refrescos, ni zumos industriales, ya que contienen una gran cantidad de azúcar.
En una dieta baja en carbohidratos se debe evitar el consumo de azúcar refinada o azúcar morena, se limita el consumo de harinas refinadas, arroz blanco, la pasta y, por supuesto, todo tipo de dulces, en especial, si estos son de fabricación industrial. No se debe consumir tampoco bebidas refrescantes y zumos envasados. En algunos casos puede ser necesario reducir el consumo de pan o consumir pan integral.
Aunque también tienen hidratos de carbono, no se debe retirar de forma total alimentos como la patata, las legumbres como las lentejas o la calabaza, siempre y cuando se consuman de forma moderada.
No se deben tomar alimentos procesados como los embutidos, ya que pueden contener hidratos de carbono.
Desayuno: café sin azúcar con una rebanada de pan con queso fresco y aguacate.
Media mañana: yogur natural no azucarado y unas 20 almendras.
Comida: calabacín y filete a la plancha acompañados de una ensalada con lechuga, tomate y cebolla.
Media tarde: una taza pequeña de fresas sin azúcar.
Cena: tortilla de espinacas con cebolla.
El desayuno se puede variar combinando con otros productos como puede ser el salmón ahumado o los huevos. A media mañana se puede tomar un café sin azúcar y variar las frutas con toma de mandarinas, por ejemplo, y otros frutos secos como las nueces. En la comida se pueden introducir otras verduras y se puede variar con carne de pollo y pescados diferentes; los pescados azules son buenos para la salud. En la cena, nuevamente las verduras se pueden complementar con diferentes carnes y pescados.
Las dietas pobres en carbohidratos se deben realizar bajo control médico. No se pueden realizar en ciertas enfermedades como problemas renales, diabetes o durante el embarazo, en las cuales la energía que proporcionan los hidratos carbono es necesaria. Pero, a pesar de ello, siempre es bueno evitar las bebidas azucaradas, los productos industriales, la bollería y los azúcares refinados para nuestra salud.
Aportar los hidratos de carbono a través de alimentos como las legumbres o como los arroces y pastas integrales puede ser también una buena medida.