Uno de los temas más tratados en nutrición debido a sus consecuencias negativas en nuestro metabolismo y en la salud en general, es el control glucémico y el papel que juega la insulina en su regulación. Estos conceptos ya son conocidos por muchas personas que sufren algún tipo de diabetes, que es la enfermedad más común en la que hay una alteración de la respuesta de la insulina ante la ingesta de glucosa (azúcar presente en los alimentos que contienen hidratos de carbono). No obstante, personas metabólicamente sanas también pueden experimentar en algún momento de su vida alguna situación en la que sus valores de glucosa en sangre (glucemia) estén alterados y disminuyan a valores menores de lo recomendado: estaremos, pues, ante una situación de hipoglucemia.
Una hipoglucemia es una disminución de los valores de glucosa en sangre por debajo de la normalidad, considerándose normales valores entre 70 y 100 mg/dl en ayunas. Cuando una dieta es baja en carbohidratos (y, por lo tanto, en glucosa), nuestro organismo pone en marcha una serie de mecanismos compensatorios, ahorrando glucógeno para situaciones de “emergencia “en las que las células gluco-dependientes (células del tejido nervioso, eritrocitos, células de la retina o de la médula renal) puedan utilizar la glucosa como fuente de energía. No obstante, puede haber situaciones extremas en las que estas células queden desprovistas de glucosa ocasionando una serie de síntomas:
Hay que destacar que, si la hipoglucemia es muy severa y se prolonga durante muchas horas, puede producir consecuencias irreparables como daño cerebral, coma o muerte.
En personas no diabéticas, la hipoglucemia se diagnostica ante la denominada “tríada de Whipple”, que implica:
En base a esta tríada, debemos tener en cuenta que hay personas que pueden experimentar:
Por todo lo expuesto en el punto anterior, ante la sospecha de una hipoglucemia es indispensable determinar los niveles de glucosa con un medidor específico en el que se deberá depositar una pequeña gota de sangre del dedo, que se extrae con una aguja especial llamada lanceta. Dicha medición debe realizarla tu médico de cabecera, aunque también hay farmacias que disponen de utensilios para ello. Además, hay que tener en cuenta el historial de glucemias de cada persona y en qué momento del día se está realizando la medición para determinar el tipo de hipoglucemia que se está experimentando para actuar en consecuencia.
Una hipoglucemia se puede dar en múltiples situaciones y personas (tanto adultos como niños), por ello, existen diferentes criterios para su clasificación.
No obstante, en personas sanas, los mayores desencadenantes de una hipoglucemia pueden ser: la toma en exceso de una medicación hipoglucemiante, una incorrecta alimentación o un exceso de actividad física que puede reducir los niveles de glucemia. De hecho, la hipoglucemia puede ocurrir hasta 12 horas después de haber hecho ejercicio.
El objetivo principal ante una hipoglucemia es reestablecer los niveles normales de glucosa en sangre. Si se sospecha de una hipoglucemia reactiva postprandial se deberá iniciar una pauta dietética consistente en la toma de 15 gramos de azúcar simple y repetir la medición de la glucemia una vez transcurridos 15 minutos después de esta ingesta (algunas personas utilizan la regla mnemotécnica del “15/15” como recordatorio). Si la glucemia sigue baja (<70 mg/dl), se debe repetir la ingesta de 15 gramos de azúcares hasta que los valores se normalicen.
Ideas para consumir 15 gramos de azúcares:
Además, en estas situaciones hay que evitar ciertos alimentos que, aunque contengan azúcares, también contienen grasas que dificultan que los azúcares pasen de forma rápida al torrente sanguíneo. Entre estos alimentos destacamos: los dulces o caramelos, helados, galletas, chocolates, bollería industrial, cruasanes, etc.)
Por último, una vez que se han estabilizado los valores de glucemia, se deben ingerir carbohidratos complejos (arroz, pasta, pan, yogur o fruta) y llevar a cabo una alimentación saludable el resto de los días, manteniendo los controles de glucemia que haya establecido su médico.