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Debut y Manejo de la Tensión Arterial

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¿Merece la pena dedicar la totalidad de un tema única y exclusivamente al control tensional? Ni lo dudes. La hipertensión arterial es una patología muy relevante y prevalente que afecta a un alto porcentaje de la población (afecta a un tercio de la población adulta y es el motivo estrella de consulta en los centros de atención primaria). Toda información fiable que podamos divulgar es bienvenida.
La hipertensión arterial es una patología muy relevante y prevalente que afecta a un alto porcentaje de la población.

Cifras tensionales alteradas

Ante todo, debemos conocer con exactitud a qué nos referimos al hablar de unas cifras tensionales alteradas. Puede darse que los valores tensionales estén por encima o por debajo de las cifras establecidas como estándar. Asimismo, debemos comprender a qué hacen referencia los dos valores de tensión arterial que nos marca el tensiómetro. Hablaremos de TAS (tensión arterial sistólica) o máxima a la presión que la sangre ejerce sobre las paredes de los vasos cuando el corazón se contrae para impulsar o bombear sangre a las arterias. La TAD (tensión arterial diastólica) o mínima es la presión que la sangre ejerce cuando el corazón se relaja para volver a llenarse de sangre.

Por tanto, al indicar los valores de la tensión arterial mencionaremos ambas cifras. Las unidades en las que se miden se llaman milímetros de mercurio (mm Hg). Añadiremos que puede ocurrir que una de las dos cifras esté alterada y la otra no. Nos centraremos en los valores tensionales elevados por su importancia en nuestro medio.

¿En qué caso hablaremos de hipertensión arterial?

Cuando las cifras tensionales se mantienen de forma habitual por encima de los valores 140/90. En ancianos hipertensos es más frecuente encontrar valores elevados de TAS mientras que en adultos jóvenes es más frecuente la elevación de la TAD.

Método AMPA y MAPA

La confirmación diagnóstica de hipertensión arterial la tendremos ante unas cifras promedio de varias mediciones iguales o mayores a 140/90 mm Hg, respectivamente. Es decir, si uno de los dos valores está alterado ya podemos hablar de hipertensión arterial.

No nos conformaremos con sólo un par de mediciones. Para establecer el diagnóstico nos ayudamos de unas técnicas complementarias como pueden ser la automedida por parte del paciente o familiares en el domicilio (se llama AMPA o automedida de la presión arterial) y la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA) que consiste en la toma de la tensión arterial al paciente de forma programada durante sus actividades habituales (se realizan múltiples medidas durante un periodo de 24-48 horas, en las que el individuo realiza vida normal mientras es portador de un manguito conectado a un aparato que toma y registra los valores tensionales regularmente).

En caso de emplear el método AMPA debemos recordar que, para que las mediciones aisladas sean representativas y fidedignas, deben considerarse algunas premisas como: evitar el ejercicio físico previamente, permanecer en reposo durante los cinco minutos previos a la medida o no consumir café o tabaco en los 15 minutos antes de la medición. Tras la medición registraremos el día, la hora y los valores de las determinaciones para que el médico realice una valoración global. Cuando se detectan valores muy dispares entre las diferentes mediciones entonces solicitaremos el llamado MAPA.

Una vez confirmada la hipertensión arterial

Entonces será el momento de realizar un estudio exhaustivo del paciente intentando buscar una posible causa de la hipertensión. Para ello:

  • Le haremos un interrogatorio detallado de sus antecedentes personales y familiares, y de sus hábitos, una exploración física y alguna prueba complementaria, en función de los hallazgos encontrados (electrocardiograma, ecocardiograma, analítica de sangre y orina, radiografía de tórax, etc.).
  • Si detectamos otras patologías como diabetes mellitus, dislipemia (alteración del metabolismo lipídico), tabaquismo u obesidad debemos calcular el riesgo cardiovascular del paciente.
  • En caso de que la causa que origina la hipertensión sea desconocida, hablaremos de hipertensión primaria o esencial (es la más frecuente). Sin embargo, hablaremos de hipertensión secundaria cuando encontramos la causa que la provoca.

Finalizado el estudio debemos abordar el tratamiento más indicado para el paciente. De entrada, instauraremos unas pautas importantísimas que recomendaremos a todos los pacientes hipertensos:

  • Abandonar el hábito tabáquico.
  • Pérdida de peso en caso de obesidad (si hablamos de obesidad mórbida derivaremos al paciente a la unidad de cirugía general para valorar la cirugía bariátrica).
  • Análisis y corrección de la dieta: en cuanto al porcentaje de grasas saturadas, contenido de sal, consumo de alcohol.
  • Disminución del nivel de estrés o ansiedad.
  • Inicio de hábitos deportivos y/o saludables.

Tras indicar una pauta correctiva mantendremos una conducta expectante durante unos meses (si los valores tensionales no son excesivamente elevados). En caso de que, a pesar de la corrección de hábitos, no consigamos controlar los valores, decidimos iniciar un tratamiento farmacológico.

Permíteme una reflexión, ¿por qué tanta insistencia en controlar los valores tensionales por debajo de 140/90 mm Hg? La tensión arterial alta es un factor que contribuye a desarrollar enfermedades cardiovasculares, especialmente enfermedad cardíaca (infarto agudo de miocardio o insuficiencia cardíaca), derrame cerebral, embolia o insuficiencia renal). Con todo ello sólo he pretendido concienciarte, no asustarte. Así que si perteneces al colectivo de adultos mayores de 40 años no banalices este tema, porque está dedicado a ti.