El coronavirus Wuhan es un microorganismo de la familia de los coronavirus. Las infecciones producidas por ellos, no son todas igual de peligrosas. Es bastante común su aparición, en especial, en otoño e invierno y es más frecuente en la infancia. Casi todas las personas han tenido una infección por coronavirus alguna vez. Estos virus aparecen también en animales. En el caso del virus de Wuhan, por su aparición en un mercado de animales como primer foco, se especula con que sea un virus de origen animal que se ha contagiado a los humanos. Su origen parece estar en los reptiles, desde los cuales, habría pasado a los humanos.
Los coronavirus producen principalmente procesos catarrales y neumonías, como en este caso ocurre con el virus de Wuhan. Su nombre científico es 2019 nCOV.
Si entendemos su procedencia como su origen, no está claro en el momento actual. Al haber surgido en un mercado de animales, se sospecha que es un virus animal, que se ha contagiado hacia los humanos. Aunque actualmente se especula con su origen en las serpientes, lo que sí está claro es que parte de algún reptil.
Otros coronavirus se han originado en reptiles, desde estos han pasado a mamíferos y, de estos, a los humanos.
El coronavirus de Wuhan se transmite a través del sistema respiratorio, a través del contacto con las gotitas llamada gotas de flugge que se producen al estornudar o toser, y que quedan en el ambiente o en nuestras manos. Las gotas de flugge son contagiosas hasta un metro de distancia, por ello, es importante protegerse del contagio con las medidas de higiene adecuadas.
En un principio, los primeros datos hicieron pensar que solo se transmitía desde los animales a las personas, pero, ahora se ha confirmado la transmisión entre personas, con lo cual, un enfermo puede transmitir la enfermedad a otras personas sanas.
Los síntomas son similares en inicio a una gripe, con fiebre elevada, estornudos, tos, dolor de pecho, dolor de garganta y puede producir dificultad respiratoria asociada a neumonía. El cuadro suele durar unos 14 días.
La mortalidad se sitúa en el momento actual en 1,5 %.
La causa del coronavirus de Wuhan es el contagio del virus, que puede tener lugar por contacto con animales enfermos o con personas que presentan la enfermedad.
Actualmente y, como en otros coronavirus, no se conocen tratamientos efectivos para el mismo, por lo que no tiene tratamiento curativo. Se realizan medidas de soporte en los casos más graves y el uso de antirretrovirales, aún cuando no está claro su resultado.
Las pruebas complementarias realizadas son: cultivo para búsqueda del coronavirus y analítica de sangre. Y, en los casos que se sospeche de la presencia de neumonía, prueba radiológica para confirmar la misma.
No existen factores desencadenantes de la enfermedad, aunque parece que las personas de más edad, los niños, los enfermos crónicos de diabetes o de bronquitis crónica y los pacientes inmunodeprimidos, son los más sensibles a la afectación del virus.
La complicación del coronavirus de Wuhan es el proceso neumónico y la insuficiencia respiratoria que produce, esto es lo que produce la mortalidad de este virus.
Dado que el contagio es similar al que produce la gripe, es importante mantenerse a más de un metro de distancia de las personas enfermas, mantener un lavado de manos frecuente, más asiduo cuando estemos con enfermos y, al toser o estornudar, usar pañuelos desechables o hacerlo sobre la superficie de los antebrazos y no sobre las manos, ya que dan lugar a una mayor transmisión del virus.
Ahora no hay alerta internacional por parte de la OMS sobre este virus, no obstante, si se ha viajado en los últimos días a esta zona de China y se encuentra con sintomatología, es conveniente ponerlo en conocimiento del médico, quien lo comunicará a las autoridades sanitarias de forma adecuada.
Respecto a los sanitarios, las medidas de protección son el uso de guantes y de mascarillas durante el examen al paciente.
Dado que se piensa que su origen puede estar en animales, se recomienda comer la carne bien cocida en estas zonas.