¿En una analítica te ha salido el ácido úrico elevado y te han aconsejado controlar tu alimentación? Te explicamos cuáles pueden ser los motivos y cuáles son los alimentos cuyo consumo sería aconsejable moderar.
¿Qué es el ácido úrico?
El ácido úrico es una sustancia química orgánica que se produce en el organismo humano como producto metabólico final de la degradación de las purinas, eliminándose por la orina (70% del total) y a través del intestino (30% restante). Las purinas son unas moléculas que forman parte de la estructura del material genético (ADN/ARN) presente en las células de nuestro cuerpo y en los alimentos que ingerimos.
Por tanto, el ácido úrico puede estar alto debido a factores endógenos (el propio cuerpo lo fabrica a nivel de hígado, músculos, intestinos, riñones…) o factores exógenos (a través de la alimentación).
La hiperuricemia
De una forma general, el rango de valor normal en sangre es 1-7g/dL. La hiperuricemia es el aumento de ácido úrico o urato en sangre por encima de este valor, y puede producirse por:
- Aumento de la producción de ácido úrico: por enfermedades genéticas, por causa desconocida o idiopática, por dieta rica en alimentos que contienen abundantes purinas, por casos de leucemia, mieloma múltiple, psoriasis extensas, anemias hemolíticas o tratamiento quimioterápico de tumores malignos, así como, también, por consumo excesivo de alcohol…
- Disminución de su excreción (eliminación) renal: más frecuente, por existencia de enfermedades tipo insuficiencia renal, diabetes insípida, hipotiroidismo…
ALIMENTOS RICOS EN PURINAS
- Contenido muy alto: vísceras, patés, embutidos, pescado azul, marisco…
- Contenido alto: carnes rojas y de caza, habas, lentejas.
- Contenido moderado contenido: carnes blancas, legumbres no nombradas anteriormente (garbanzos, judías blancas…), coliflor, espárragos, espinacas y setas.
- Contenido bajo: lácteos, el resto de verduras no nombradas anteriormente, tubérculos, raíces, fruta…
¿SABÍAS QUE…?
El consumo excesivo de alcohol produce, de hecho, un aumento de ácido úrico en sangre por ambos mecanismos, ya que por su culpa no sólo aumenta la producción del mismo, sino que disminuye también su eliminación por el riñón.
Síntomas, diagnóstico y tratamiento de la hiperuricemia
- La hiperuricemia generalmente es asintomática, pero cuando el ácido úrico se deposita en los tejidos aparece la gota.
- En caso de hallar niveles elevados de ácido úrico en sangre, hay que intentar descubrir su causa y para ello es necesario determinar el ácido úrico en orina para saber si es por sobreproducción o por defecto de excreción.
- Comprende tres vías de actuación:
- Modificación de la dieta: cabe destacar que este apartado no tiene un papel fundamental porque es necesaria una dieta muy pobre en purinas para conseguir descensos moderados de los niveles de ácido úrico. La restricción estricta de las purinas de la dieta puede descender tan sólo unos pocos milígramos los niveles de ácido úrico. No obstante, el control de la dieta, el consejo de reducción de peso en pacientes obesos, el consejo de ingerir abundantes líquidos a lo largo del día y el consejo de no ingerir bebidas alcohólicas formarán parte del tratamiento siempre.
- Práctica de ejercicio físico regular.
- Fármacos: bien mediante medicamentos que inhiben la producción de ácido úrico endógeno (por ejemplo, alopurinol – Zyloric ®), o bien medicamentos que aumentan su eliminación por la orina (probenecid, sulfinpirazona…).
La gota
La gota es la enfermedad debida a la deposición de cristales de las sales de ácido úrico en y alrededor de las articulaciones (gota articular), en diversos órganos (gota visceral) y, finalmente, estos cristales también pueden formar cálculos en las vías urinarias (litiasis úrica).
La gota afecta al 1-2% de la población general en algún momento de la vida, en mayor medida a hombres que a mujeres (8:1) y principalmente en edades medias de la vida (después de los 30 años).
Factores de riesgo de la gota
- Hiperuricemia crónica: es el factor de riesgo más importante en el padecimiento de gota. Ahora bien, no todos los pacientes con hiperuricemia padecerán gota, sólo la padecerá un pequeño porcentaje (uno de cada cinco). Incluso, en algunas ocasiones, existen episodios de gota con niveles de ácido úrico en sangre normal.
- Edad: el riesgo de padecerla aumenta con la edad.
- Determinados estilos de vida y dietas poco saludables (obesidad, alcoholismo…): es frecuente que las personas que padecen gota sean obesas y tengan, además, diabetes y/o hipertensión arterial. La gota es más común en sociedades opulentas, debido a una dieta rica en proteínas, grasas y alcohol.
Signos y síntomas de la gota
- En la crisis de gota aguda típica, que suele comenzar por la noche, el síntoma primordial es el dolor, que puede presentarse de forma aguda e intensa, junto con inflamación (enrojecimiento e hinchazón) de la articulación. Es una artritis por depósito de microcristales. Las articulaciones habitualmente afectadas son: la articulación metatarso-falángica del dedo gordo del pie (y en este caso recibe el nombre de podagra), las rodillas, los tobillos, hombros o el empeine de los pies, entre otras localizaciones.
- En la gota crónica, después de una larga evolución de la enfermedad, se producen los denominados “tofos gotosos”, que son unos nódulos indoloros situados debajo de la piel, que se forman por depósito lento de ácido úrico en los mismos, por lo que van aumentando de tamaño progresivamente. Tienden a desaparecer poco a poco cuando la enfermedad está bien controlada.
- Nefropatía aguda úrica: por obstrucción de los túbulos del riñón por culpa de los cristales de ácido úrico, provocando una intensa inflamación y, secundariamente, insuficiencia renal aguda.
- Litiasis (piedras en el riñón):
- La litiasis úrica consiste en la formación de cálculos de ácido úrico, que pueden obstruir las vías urinaria, provocando intenso dolor (cólico nefrítico). Sólo suponen el 5-10% del total de cálculos renales.
Diagnóstico y tratamiento
Se diagnostica por la clínica típica. En algunas ocasiones será necesario el análisis del líquido sinovial (líquido intraarticular), obtenido por punción de la articulación, para analizarlo y diferenciar la artritis gotosa de otros tipos de artritis, como puede ser la infecciosa, por ejemplo. En cuanto al tratamiento:
- Fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE): son los medicamentos más usados para el tratamiento de la crisis de gota aguda. También son analgésicos (calman el dolor).
- Fármaco Colchicina: también usado frecuentemente en la crisis aguda, pero presenta efectos secundarios molestos como, por ejemplo, diarrea.
- El mismo tratamiento anteriormente mencionado para la hiperuricemia (dieta, control de peso, abstinencia en el consumo de alcohol, alopurinol, diuréticos…).