Las contracciones del embarazo es la activación de la parte muscular del útero que tiene como fin lograr la progresión del parto y la salida del feto hacia el exterior. Previo a esta situación hay una serie de contracciones más pequeñas, que la mujer percibe en los días anteriores al parto, estas contracciones tienen como fin conseguir una preparación del útero para el momento del parto. Las contracciones son percibidas como un endurecimiento de la zona abdominal por parte de la mujer, estas contracciones pueden también ocasionar dolor en la zona lumbar.
Las contracciones no son continuas siempre, tras un periodo de contracción, hay un periodo de relajación del útero.
Según el momento en que se producen y donde se sitúan hablamos de contracciones focales, generalizadas, de Braxton Hicks, de preparto y, por último, de parto.
Los tipos de contracciones se diferencian por cómo se inician, por la intensidad del dolor o molestia que se sufre y por si son rítmicas o, por el contrario, esporádicas. Las que se producen por movimientos del feto claramente se relacionan con ello, las madres describen cómo el bebé da patadas o bien notan un pie o incluso la cabeza del bebé.
Las contracciones de Braxton Hicks no son rítmicas ni dolorosas, se perciben como un endurecimiento del abdomen no doloroso.
Por último, las contracciones, según se aproxima el parto, se vuelven más rítmicas y dolorosas.
Se debe acudir al especialista cuando las contracciones se vuelven rítmicas y muy constantes. Unas contracciones que transcurren cada cinco minutos durante más de una hora y que se perciben como dolorosas, deben ser consultadas con el médico o incluso ser motivo para acudir a urgencias. Cuando se producen antes del momento en que el parto está programado, pueden ser señal de un parto prematuro. Cuando las contracciones se producen antes de las 32 semanas y dependiendo del momento madurativo del bebé, puede ser necesario frenar el parto y esto requiere un ingreso hospitalario.
Si las contracciones son rítmicas, si se detienen al tumbarse o no son dolorosas, se puede estar tranquila. No obstante, si se tiene alguna duda, es preferible preguntar al especialista en obstetricia, quien le indicará qué tiempo esperar y si es normal lo que se siente.
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