Muchas son las características atribuibles a la sonrisa: belleza, salud, frescura, bienestar, atractivo e incluso éxito. Se trata de un atributo social y de un gesto mágico que puede cambiar la actitud de tu interlocutor de forma inmediata. Podríamos añadir muchas cualidades aportadas instintivamente por la sonrisa: aumento de la autoestima, seguridad, firmeza, convicción…
Son muchas más las cualidades que analizamos en la boca de nuestro interlocutor: dientes (tamaño, color, alineación, ausencias, rotaciones…), encías (color, tamaño, forma), labios (color, forma, grosor…), tipo de sonrisa… Es evidente que todas estas características las analizamos en segundos, pero tanto nosotros como el interlocutor apreciamos ese chequeo al instante. Es en ese momento cuando la persona conocedora de algunos de sus “defectos” baja la mirada automáticamente (reconociendo su propia inaceptación) o se lleva la mano a la boca o la cierra automáticamente. Es una conducta reiterada en nuestra sociedad, seguro que te has percatado.
La sonrisa forma parte de nuestra gesticulación y personalidad, en definitiva, de nuestra forma de expresarnos. No deberíamos ni reprimirla ni contenerla, ya que supondría una represión de las emociones y los sentimientos y un estado de alerta constante que nos mantendría en tensión y estrés.
Vamos a analizar más detalladamente la sonrisa. ¿Qué información podemos obtener de nuestro interlocutor cuando sonríe?
Como es evidente, la primera apreciación es la arcada dental. Recordemos que al sonreír se expone más la dentadura superior mientras que al hablar se expone la inferior. Partiendo de la información obtenida ante una persona que sonríe, ¿qué podemos apreciar en tan sólo segundos?
Ante todo, tenemos que analizar en qué componente de la sonrisa radica el problema de nuestro paciente. Tras descartar una causa de otra competencia como pueden ser la cirugía plástica o la maxilofacial nos centramos en el componente dental. Respecto a la cirugía plástica quiero remarcar su gran aportación en la mejoría de la sonrisa en lo que se refiere a infiltraciones de los llamados materiales de relleno (sobre todo de ácido hialurónico) que corrigen la pérdida de elasticidad fisiológica de la piel y, por tanto, las arrugas y los surcos pronunciados peribucales que delatan tan sinceramente nuestra edad.
Para abordar el problema dental detectado disponemos de estos recursos terapéuticos:
Actualmente es el tratamiento prínceps para sufragar los defectos de ausencia dental. La opción de las prótesis parciales fijas (llamados comúnmente puentes fijos) ha quedado relegada a un segundo lugar, normalmente cuando la colocación de implantes está contraindicada por algún motivo médico.
El blanqueamiento químico es un tratamiento con finalidad estética que consiste en reducir el tono del diente, haciéndolo más blanco. Precisa de unos requisitos para ser realizado (sobre todo que los dientes anteriores no hayan sido tratados con materiales odontológicos ya que pueden teñirse con un tono diferente al de los dientes). La tonalidad obtenida tiene una duración determinada.
Después de este breve repaso vas a fijarte mucho más en la sonrisa de tus próximos interlocutores. No dudes en solicitar consejo si tienes alguna inquietud estética.