La condropatía rotuliana conocida también como condromalacia rotuliana es la afectación del cartílago de la rótula que se encuentra en el área interna de la misma, en la zona de contacto con el fémur y la tibia. La degeneración de este cartílago, ya sea por lesiones, por desviación de la rótula, por sobreesfuerzos o por luxación de esta, da lugar a un mayor rozamiento con los otros huesos de la rodilla y esto se traduce en dolor e inflamación. El fortalecimiento de los músculos de la rodilla mejora en parte este proceso.
El síntoma principal de la condropatía rotuliana es el dolor, que puede ir desde un dolor fuerte y permanente, hasta un dolor más débil que solo aparece cuando se realiza un ejercicio mantenido con la rodilla, como puede ser correr. En algunas ocasiones, se puede presentar una ligera inflamación que no siempre está presente.
El dolor no siempre es señal de la importancia de la lesión, así, ciertos pacientes pueden presentar un dolor fuerte a pesar de ser lesiones leves y, otros pacientes con dolor débil, presentar lesiones más graves.
Otro síntoma frecuente es el chasquido de los huesos al mover la rodilla.
Las causas de la condropatía rotuliana son diversas. En primer lugar, son frecuentes en personas que corren, ya que, los impactos repetidos sobre la zona de la rodilla pueden producir lesión, se produce en especial en corredores de maratón. También, el sobrepeso puede ocasionar esta lesión y en personas con problemas meniscales es más frecuente y en pacientes que tienen luxaciones de la rótula o una movilidad excesiva de la misma.
En inicio, es necesario el tratamiento con reposo y antinflamatorios no esteroides como el ibuprofeno. Durante el reposo, puede ser necesario usar rodilleras que inmovilicen la rodilla.
La fisioterapia y establecer un programa de ejercicios que fortalezcan los músculos de la rodilla puede favorecer la disminución del dolor.
La pérdida de peso suele ser beneficiosa. Mantener el normopeso ayuda a una menor sobrecarga de la rótula.
Por último, en aquellos casos en que hay una movilidad excesiva de la rótula o esta se encuentra en una posición anómala, puede ser necesario una cirugía.
Otras opciones de tratamiento son la inyección de ácido hialurónico en la articulación para mejorar la lubricación de la articulación y reducir el dolor y, para terminar, otra alternativa es la inyección de plasma enriquecido con plaquetas.
La prueba complementaria más eficaz para el diagnóstico de condromalacia rotuliana y, siempre tras la exploración física e historia del paciente, es la Resonancia Magnética Nuclear.
Son factores desencadenantes de la condropatía rotuliana los ejercicios bruscos y repetidos, ya sean en atletas que sufren gran impacto sobre las rodillas, como pueden ser los corredores de maratón y personas que trabajan, por ejemplo, en la construcción.
Y el exceso de peso es otro factor que también favorece la condropatía rotuliana.
La complicación de la condropatía rotuliana es el dolor, que da lugar a una impotencia funcional y, en muchos casos, a un descenso de la movilidad que se traduce a su vez en una pérdida de masa muscular que puede incluso acrecentar el dolor.
La prevención de la condropatía rotuliana consiste, principalmente, en evitar el sobrepeso y los sobreesfuerzos en los cuales se impacta especialmente sobre las rodillas. Esto evita en gran medida el proceso, sobre otros factores como puede ser la edad o la alteración en la localización de la rótula sobre los cuales no se puede influir.
Existen cuatro grados de condropatía rotuliana, siendo el grado I el más leve y el grado IV el más grave:
Los ejercicios recomendados para pacientes que padecen condropatía rotuliana son aquellos que favorecen, principalmente, el fortalecimiento del músculo cuádriceps:
Aunque son dos entidades separadas, parece que aquellas personas que presentan meniscopatias, pueden tener con mayor frecuencia, también, condromalacia rotuliana.
Ambas enfermedades pueden darse por separadas.