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Cómo Saber si tus Encías Están Fuertes y Sanas

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¿Verdad que alguna vez te han sangrado las encías al cepillarte? ¿Ha sido por un cepillo nuevo, por un exceso de fuerza durante el cepillado o debido a que no te cuidas igual las encías que los dientes? ¿A que no sabías que el 80% de las extracciones dentales realizadas en pacientes de más de 35 años es debido a enfermedad periodontal?
La encía forma parte del llamado periodonto o conjunto de tejidos que proporcionan el sostén necesario a los dientes para que puedan llevar a cabo sus diferentes funciones.

¿Qué papel juega la encía en la boca?

La encía forma parte del llamado periodonto o conjunto de tejidos que proporcionan el sostén necesario a los dientes para que puedan llevar a cabo sus diferentes funciones. Los tejidos que conforman el periodonto son: encía, ligamento periodontal, cemento radicular y hueso alveolar. Concretamente la encía supone el periodonto de protección pues está revestida por la mucosa masticatoria que es la que recibe directamente las cargas de masticación de los alimentos. Proporciona una cobertura integral tanto del diente como del hueso que lo alberga.

Las principales características de una encía sana

  • Color: el color de una encía sana es rosa pálido y brillante.
  • Contorno: diferenciamos entre la encía que bordea el diente (contorno marginal) y la contenida entre los espacios interdentales (contorno papilar. Tiene forma picuda y recibe el nombre técnico de papila interdentaria. Su función es evitar el acúmulo de comida que supondría una irritación crónica).
  • Textura: no es lisa. Generalmente tiene una textura rugosa pero suave.
  • Surco: espacio entre la encía marginal y el diente, de aproximadamente 3 mm de profundidad. Se trata del espacio ubicado entre el borde superior de la encía y el diente. Se puede acceder a él con un correcto cepillado. Si este surco está aumentado de tamaño se traduce en patología periodontal.

La periodoncia es la especialidad que trata la patología del revestimiento dental, desde la prevención al diagnóstico y tratamiento.

¿Existe predisposición a sufrir enfermedad periodontal?

Existen causas externas evitables que son grandes irritantes locales:

  • La placa bacteriana es el principal irritante gingival. Debe ser eliminada a diario con una buena higiene bucal. Es fundamental cepillarse regularmente los dientes (existen cepillos específicos para encías sensibles) y el uso del hilo dental y los cepillos interdentales (para eliminar los restos de comida). Debemos realizarnos, asimismo, una higiene dental cada 6-12 meses.
  • Es muy importante el cepillado tras la ingesta de determinados alimentos como limón, pomelo, fresas, tomate y cacahuetes ya que ocasionan cambios en el pH que promueven la enfermedad de las encías.
  • No olvidemos que el consumo frecuente de alimentos ricos en azúcares favorece la adhesión microbiana de la placa bacteriana.
  • El tabaco sería el segundo agente causal en importancia siguiéndole el estrés.
  • Problemas funcionales como el bruxismo (en apretadores mandibulares habituales) pueden ocasionar un exceso de fuerza sobre la encía. Así mismo los traumatismos por mala oclusión o malposición, la ausencia de piezas y la masticación unilateral predisponen a patología gingival.

Existen, además, factores de riesgo internos frecuentemente asociados a enfermedad periodontal como son la predisposición genética, los microorganismos patógenos (microbiota del individuo) y el pH salival.

¿Qué enfermedades puede sufrir la encía?

Las principales enfermedades periodontales son la gingivitis (inflamación y sangrado reversibles de la encía sin afectación ósea) y la periodontitis (destrucción irreversible del hueso que soporta el diente. Si los odontólogos no abordamos una gingivitis al ser detectada en la consulta tendremos un paciente que ha perdido todos los dientes en un futuro.

El tejido gingival es muy lábil y sensible a cualquier microtraumatismo siendo frecuentes pequeñas laceraciones como consecuencia de un cepillado incorrecto o durante la masticación. Otras lesiones leves frecuentísimas en la mucosa gingival son las aftas bucales.

¿Cómo puedo detectar un problema en la encía?

  • Recuerda que si el aspecto de tu encía no es el de siempre es que existe una patología de base. El mejor observador eres tú ya que puedes explorarte a diario.
  • Si tu encía presenta cualquiera de estos síntomas: enrojecimiento, inflamación, hipersensibilidad, sangrado con el cepillado dental o retracción de las encías debes acudir a tu odontólogo. Es mucho más fácil y económico el tratamiento de la patología gingival incipiente que el de la patología instaurada.
  • No olvidemos que la halitosis o mal aliento puede enmascararnos una enfermedad gingival o una caries profunda.

¿Cuál es su evolución?

Cuando el acúmulo de placa se cronifica la encía se destruye progresivamente y su lugar es ocupado por un infiltrado inflamatorio que hace que la encía se separe del diente de forma progresiva de forma que ese espacio comienza a poblarse de magma infeccioso que avanza en profundidad afectando al sostén del diente hasta llegar al hueso.

Todas las periodontitis provienen de una gingivitis, pero no todas las gingivitis terminan en periodontitis. ¿De qué depende? De que acudas a la consulta cuando detectes alguno de los signos de alarma gingival que te he mencionado. Es decir, si no tratas una gingivitis perderás el diente por una periodontitis. Y, lo que es peor, no podrás ponerte un implante en el orificio del diente perdido si tu hueso está afectado con este proceso.

Por todo ello los odontólogos no nos cansamos de dar los siguientes consejos:

  • Una adecuada higiene bucodental. Sobre todo, no evites pasarte el cepillo por las zonas sensibles pues son las áreas que precisan, justamente, una limpieza más profunda.
  • Acude a tu higienista una o dos veces al año. Especialmente si eres fumador, consumes más de 3 tazas de café al día o comes entre horas.
  • Si detectas un problema en tu encía abórdalo. Es mucho más económico el tratamiento de raspado gingival de una gingivitis que un implante con un injerto óseo tras la pérdida de la pieza dental por una periodontitis.
  • Acude a tus revisiones periódicas.
  • Déjame lanzarte una pregunta a modo de reflexión. ¿Tú crees que a los odontólogos no nos gustan las gominolas?