Habrás escuchado que, algún familiar, sobre todo los abuelos, padecen “cataratas”… pero, ¿sabes qué son y por qué se producen? Seguro que desconocías que es una enfermedad en la que la parte afectada es el cristalino.
El cristalino es una lente biconvexa, sólida y transparente, situada en el interior de la parte más anterior de la cámara posterior del globo ocular, por detrás entre la superficie posterior del iris (la parte coloreada del ojo) y por delante la parte anterior del cuerpo vítreo. Está formada, de fuera hacia adentro, por una cápsula transparente, que lo envuelve, una porción periférica, que es la corteza y una porción central, que se llama núcleo. Su función consiste en enfocar los rayos de manera que formen una imagen perfecta sobre la retina. Para alcanzar este resultado, es necesario que se produzca el fenómeno de “acomodación”, que consiste en un fenómeno de carácter reflejo que se produce gracias a la modificación de la forma del cristalino, que, a su vez, modifica su poder dióptrico (la capacidad de refracción de un sistema óptico viene expresada en dioptrías).
La emetropía es el estado refractivo del ojo normal en el que los rayos luminosos paralelos que lo atraviesan provenientes de un objeto situado en el infinito se reúnen y enfocan sobra la retina y forman una imagen precisa. Cuando este equilibrio se rompe y los rayos no se enfocan en la retina, aparece la “ametropía” o “defecto de refracción”.
Se define como “catarata” toda opacidad del cristalino que afecta a la corteza o córtex o al núcleo. Pueden afectarse estas estructuras de forma total, sólo la zona central, la zona anterior (catarata con afectación anterior) o la posterior (catarata con afectación posterior), respectivamente. Las más frecuentes son las cataratas asociadas al envejecimiento, que progresan lentamente. En los países desarrollados la catarata congénita es responsable del 3% al 12% de todos los casos de baja visión y corresponde aproximadamente a seis de cada 100.000 niños.
Las cataratas que se forman lentamente provocan una alteración gradual de la visión.
El diagnóstico debe incluir una prueba de agudeza visual, una exploración con lámpara de hendidura y un examen del reflejo rojo del fondo, sin y con dilatación pupilar, en el que se apreciará un reflejo rojo alterado al examinarlo con el oftalmoscopio.
El único tratamiento posible de las cataratas es la extirpación quirúrgica del cristalino opacificado. La cirugía de la catarata es uno de los procedimientos quirúrgicos más comunes, y cada año se realizan en el mundo casi 22 millones de intervenciones. España es un país referente en la cirugía de la catarata con más de 400 intervenciones al año.
Suele realizarse, generalmente, bajo antestesia local y de forma ambulatoria. Se han efectuado grandes innovaciones técnicas que permiten aspirar la catarata, dejando la cápsula intacta (extracción extracapsular de la catarata), en lugar de retirar todo el cristalino junto con la cápsula (extracción intracapsular de la catarata). Seguidamente se coloca una lente intraocular que puede estar fabricada en distintos materiales en la cámara posterior de la cápsula del cristalino evacuada, sustituyendo a la lente natural: la visión se recupera rápidamente. Más del 95% de los enfermos operados de cataratas mejora la visión. En muchos casos, la cápsula lenticular del ojo, dejada durante la extirpación de las cataratas, acaba por opacificarse y produce una pérdida secundaria de la visión. La práctica de un pequeño orificio en la cápsula lenticular con un rayo láser restablece la claridad.
Las cataratas congénitas o infantiles representan una amenaza para la visión y son un problema mucho más importante que en el adulto por su potencial en inhibir o detener la maduración y desarrollo visual normal en el niño, y por la mayor complejidad en el tratamiento. El pronóstico visual está relacionado con la edad del paciente en el momento del diagnóstico y con la precocidad del tratamiento quirúrgico y la rehabilitación óptica.