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Cómo Operar el Estrabismo

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El estrabismo es una patología de diagnóstico frecuente en la consulta de pediatría, y que afecta a un 4-5% de la población infantil. Los mismos padres, los profesores o cuidadores pueden observar y apreciar si un niño/a desvía un ojo. Manteniéndose siempre alerta en la observación de los más pequeños puede diagnosticarse el estrabismo precozmente y eso, seguro, repercutirá en un mejor pronóstico de la enfermedad.

La posición de los ojos adquiere su posición anatómica de los cuatro a seis meses de vida. Durante el primer mes la musculatura extraocular es capaz de proporcionar una fijación de la mirada estable y a partir de los dos meses el ojo puede realizar movimientos precisos para fijar la mirada sobre objetos situados en el campo visual. Desde los tres meses podrá realizar el seguimiento fino de un objeto en movimiento (hasta entonces el seguimiento es irregular). Si en el tercer mes de vida no se aprecia la fijación de la mirada del bebé, así como el seguimiento con la mirada de los objetos en movimiento en su campo visual, es conveniente llevar al niño a valoración por un especialista en oftalmología.

Durante los seis primeros meses de vida se puede considerar normal la desviación transitoria de uno o ambos ojos, ya que la visión binocular (la visión integrada de ambos ojos) no está perfectamente instaurada y sólo se consideran enfermedad las desviaciones permanentes.

¿Cómo ve una persona con estrabismo?

El estrabismo se incluye dentro del grupo de patologías de la motilidad ocular. Se produce cuando existe una pérdida del paralelismo de los ojos, es decir, cuando un ojo dirige la mirada hacia un punto del espacio y el otro se desvía a una dirección diferente. Cuando una persona padece estrabismo puede sufrir una disminución de la percepción de profundidad y de la visión en tres dimensiones.

En un ojo no fijado o estrábico, la imagen del objeto no se proyecta sobre la fóvea de la retina (una zona concreta de mayor capacidad visual), sino en una zona de la retina más o menos alejada de ella según sea la magnitud del ángulo de desviación. Esto hace que lleguen dos imágenes distintas al cerebro, una procedente de cada ojo, que tiende a descartar, suprimir o anular la imagen del ojo menos nítida. Con ello se originará la denominada ambliopía estrábica, causada por ese reflejo de supresión y que se manifiesta básicamente por una disminución de la agudeza visual del ojo estrábico. Es decir, se puede acabar desarrollando el denominado “ojo vago u ojo perezoso” y si no se estimula precozmente puede acabar perdiendo la visión.

¿Qué causas tiene?

Las causas del estrabismo son múltiples y poco conocidas. Intervienen factores hereditarios, factores oftalmológicos como las cataratas congénitas o defectos de refracción, como la miopía o la hipermetropía. Todo esto sin olvidar que el control del alineamiento ocular, en última instancia, se produce en el cerebro, por lo que alteraciones a ese nivel también pueden desencadenarlo.

Síntomas

Los ojos se pueden desviar hacia dentro (endotropía o esotropía), hacia fuera (exotropía), hacia arriba (hipertropía) o hacia abajo (hipotropía). 

Como norma general, debe tenerse en cuenta que, hasta los seis meses de vida, la incoordinación motora fisiológica es notable, por lo que será difícil valorar como patológico un estrabismo aparecido antes de esa edad.

¿SABÍAS QUE…?

Es importante diferenciar el estrabismo del pseudoestrabismo o falsa apariencia de estrabismo, que se produce debido, por ejemplo, a la forma peculiar del ojo denominada “epicantus”, muy frecuente en los primeros meses de vida (una deformación congénita o traumática en las razas occidentales o una forma del ojo normal en Asia o América).

El estrabismo intermitente, por su parte, consiste en que el niño desvía los ojos solamente en determinadas situaciones (al fijar un objeto en visión próxima o en la visión lejana, o en algunas posiciones de la mirada) mientras que el resto del tiempo controla bien la posición de los ojos. Puede aparecer por simple cansancio.

Diagnóstico

Ei estrabismo es uno de los motivos principales de consulta al especialista en oftalmología, de hecho, constituye la principal razón de la primera consulta. La detección del estrabismo se puede realizar mediante tests sencillos de aplicar como son la prueba de Hirschberg o la prueba del tapar-destapar (cover-uncover test).

  • Prueba de Hirschberg (esta prueba puede realizarse ya hacia los siete meses): consiste en la observación del reflejo luminoso corneal que aparece cuando el niño mira una luz proyectada por una linterna de exploración. La luz se emitirá desde unos 30-40 cm de distancia de los ojos, en el contexto de una iluminación ambiental poco intensa, para poder observar mejor los aspectos importantes. Se debe valorar si el reflejo luminoso queda centrado o descentrado en relación a la pupila. El examen se realizará  desde el frente y en las diferentes posiciones de la mirada (arriba, abajo, izquierda, derecha).

En un caso normal, los reflejos de la luz se verán centrados simétricamente sobre ambas pupilas. Si el reflejo no queda centrado y simétrico se podrá sospechar un estrabismo.

  • Prueba del tapar-destapar (cover-uncover test) (esta prueba podrá realizarse a los tres o cuatro años): es la observación de la aparición de movimientos de fijación al tapar y destapar un ojo. Este método sólo puede utilizarse cuando existe una óptima y suficiente colaboración del paciente. Se debe solicitar que fije la mirada en una luz o algún pequeño objeto situado a unos 30-40 cm de distancia y posteriormente se debe tapar un ojo con un oclusor o con la mano. En el momento de tapar se observará si en el ojo no tapado tiene lugar algún movimiento de fijación que indicará la presencia de un estrabismo. De la misma forma, al destapar el ojo, se observará también si tiene lugar algún movimiento de fijación, que también sugerirá un estrabismo. Si la visión binocular (de ambos ojos) es normal no se observará ningún movimiento en el ojo tapado al destaparlo ni tampoco en el ojo no tapado. La maniobra se repetirá en el otro ojo igualmente, y siempre se procurará que el paciente mantenga el ojo no tapado fijado en la luz u objeto propuesto, sin efectuar ningún movimiento con la mirada.

Tratamiento y pronóstico

Algunos tipos de estrabismo pueden curarse con el simple uso de gafas. En algunos casos, podrá ser propuesta también una intervención quirúrgica. En los niños, la operación de estrabismo se realiza habitualmente con anestesia general mientras que en los adultos se puede realizar también con anestesia local y consiste en reforzar o debilitar los músculos oculares responsables de la mala alineación. No son operaciones complicadas; su única dificultad radica en la precisión del procedimiento, para conseguir los grados de reforzamiento/debilitación más exactos para corregir la desviación.

El ojo desviado es un ojo que no ha aprendido a ver, y por tanto hay que estimularlo y obligarlo a trabajar. Esto se consigue tapando el ojo que ve bien periódicamente con parches oculares adhesivos. La alteración anatómica del estrabismo (defecto estético) se podría corregir, en principio, a cualquier edad, pero las alteraciones sensoriales que provoca, que son mucha más importantes que las propiamente estéticas, sólo se pueden tratar durante la época de desarrollo o “de plasticidad visual”. Es decir, en el caso de los estrabismos, únicamente con un tratamiento precoz se puede conseguir la visión adecuada de ambos ojos.

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