El análisis de sangre es una de las pruebas médicas más solicitadas, bien como chequeo de rutina o bien para ayudar en el seguimiento de pacientes aquejados de alguna dolencia. Pero, ¿cuántas veces hemos recibido una copia de un análisis de sangre y nos hemos asustado innecesariamente, hasta que hemos hablado con el médico?
La sangre está formada por cuatro tipos de componentes:
- Corpúsculos celulares (hematíes, leucocitos, plaquetas).
- El plasma sanguíneo o suero: parte líquida.
- Los gases (O2, CO2…).
- Productos orgánicos y minerales transportados (hormonas, minerales, proteínas…).
Por la sangre pasan la mayoría de sustancias de nuestro organismo, por lo que poder analizar una pequeña cantidad de ésta nos permite interpretar muchos aspectos acerca del estado de salud de una persona.
En una analítica de sangre básica se piden los datos hematológicos (niveles celulares, hemoglobina, hematocrito, etc.) y bioquímicos más generales (glucosa, colesterol, triglicéridos…). Cuando el médico sospecha alguna anomalía concreta puede complementar con otros indicadores un poco más específicos (VSG, hierro, hormonas, fibrinógeno…).
RECUERDA QUE…
La analítica siempre debe ser interpretada finalmente por un facultativo médico porque los datos varían en función de cada laboratorio, sexo, edad, condiciones físicas, alimentación…
NO TE ALARMES SI…
Se observa un valor aumentado de forma importante. El médico solicitará más pruebas diagnósticas en caso de considerar que tiene importancia. Una sola prueba no suele ser suficiente para emitir el diagnóstico de una enfermedad.
Datos principales en un hemograma
Los datos clave solicitados habitualmente en una analítica son:
Hemograma:
- Hematíes o eritrocitos o glóbulos rojos: son los corpúsculos celulares que transportan el oxígeno que necesitan las células de todo el organismo para respirar. En su interior contienen la hemoglobina, que lleva hierro y es lo que le otorga el color rojo a la sangre. (Valores normales (VN): 4,5-6,5 mill/mm3 en varones; 3,8-5,8 mill/mm3 en mujeres).Cuando la concentración de hemoglobina disminuye (valores bajos en la analítica) aparecen las anemias; las más frecuentes en la población se llaman ferropénicas, porque se deben al déficit de hierro. Los valores de ferritina nos indican cuánto hierro se encuentra depositado en el organismo.
- Leucocitos o glóbulos blancos: son las células de defensa frente a agentes patógenos (VN: 5000-10.000/mm3). Pueden ser:
- Granulocitos o polimorfonucleares: a su vez se subdividen en neutrófilos, encargados de la defensa frente a microorganismos, eosinófilos, que combaten los parásitos y ‘basófilos’, que intervienen en las reacciones de hipersensibilidad.
- Linfocitos: se encargan de fabricar anticuerpos y de la defensa contra virus y células tumorales.
- Plaquetas: son las encargadas de taponar las heridas, iniciar la formación del coágulo sanguíneo e impedir la pérdida de sangre por hemorragia. (V: 150.000-350.000/mm3). Las células de nuestra sangre se generan en la médula ósea de algunos huesos, donde unas células precursoras denominadas ‘hematopoyéticas’ las van fabricando y liberando al torrente sanguíneo una vez maduradas.
- Otros parámetros de importancia en el hemograma son: la hemoglobina, el VCM; el HCM.; el CHCM; hematocrito; VSG., etc. (ver artículo “¿Qué detecta un hemograma?”).
Bioquímica
- Glucosa: es un hidrato de carbono simple y la principal fuente de energía que utilizan las células. Se puede alterar por dietas, ayuno, entrenamiento intensivo, hipotiroidismo, diabetes mellitus, etc. (VN: 70-110 mg/dL).
- Colesterol: es un componente graso fundamental para la composición de las membranas celulares de todas las células del organismo y precursor de muchas sustancias esenciales para la vida (hormonas, ácidos biliares…). El colesterol total tiene unos valores normales de 140-220 mg/dL. Circula en el plasma unido a diferentes lipoproteínas. Las más conocidas son la LDL (“o colesterol malo. VN: < 150 mg/dL”), responsable del transporte de colesterol a los tejidos periféricos y al aumentar puede contribuir a formar depósitos en las arterias (arteriosclerosis) y la HDL (“o colesterol bueno. VN: > de 55 mg/dL”) que, al contrario, retira el colesterol de los tejidos y lo lleva al hígado, reduciendo el riesgo cardiovascular.
- Triglicéridos: son indicadores de la grasa que ingerimos en la dieta y sirven de transporte y almacén de energía. (VN: 40-170 mg/dL).
- Proteínas plasmáticas: en el plasma circulan multitud de proteínas entre las que se encuentran las ‘inmunoglobulinas (anticuerpos)’, las proteínas de la coagulación de la sangre o proteínas transportadoras como la haptoblobina o la transferrina, entre otros ejemplos. (VN: 6-8 g/dL).
- Transaminasas (AST o GOT / ALT o GPT): son unas enzimas (proteínas), que se encuentran en el interior de las células de algunos órganos como hígado, corazón, riñones o músculos y que cumplen una importante función metabólica. (V.N. < 40 UI/L). La GGT también es una transaminasa que se encuentra en las células del hígado y que determina el estado de salud del mismo. (VN: 12-55 UI/L).
- Bilirrubina: es una sustancia que se forma con la destrucción de los hematíes y otras hemoproteínas. Es captada y transformada en el hígado, eliminándose por la bilis. Aumenta sus niveles en sangre cuando hay una incapacidad por el hígado de metabolizarla o cuando se destruyen demasiados hematíes (anemias hemolíticas) o, finalmente, también cuando se obstruye físicamente el paso de la bilis por sus conductos naturales. (VN: de Bilirrubina Total: <1 mg/dL).
- Creatinina: es un producto del metabolismo muscular que se elimina por el riñón, por lo que se emplea como indicador de la función renal. Cuando el riñón no funciona correctamente no puede eliminarse por la orina y se acumulan sus niveles en sangre. (VN: 0.7 a 1.3 mg/dL para los hombres y de 0.6 a 1.1 mg/dL para las mujeres).
- Ácido úrico: es un producto del metabolismo que se acumula en casos de enfermedad renal o por una dieta mal equilibrada. (VN: 3-7 mg/dL).
EL PAPEL DEL EJERCICIO
En general, los valores metabólicos son más saludables cuando se realiza deporte. Se observa una disminución del colesterol total, los triglicéridos, de la glucosa basal (por eso el ejercicio se recomienda a los diabéticos). También puede aumentar el HDL o fracción buena del colesterol y el nivel de urea por efecto del catabolismo proteico.