El cáncer es una enfermedad cada vez más común y que va en aumento. Se estima que una de cada cuatro mujeres en España padecerá cáncer en algún momento de su vida, siendo el de mama el más frecuente seguido de colon y ginecológico; frente a uno de cada tres en los hombres siendo el de próstata el más frecuente seguido del pulmón y colorrectal. La lectura positiva que hacemos es que gracias a las revisiones médicas y a los actuales tratamientos médicos se está logrando reducir los casos de mortalidad por cáncer y además podemos intervenir en algunos aspectos modificables como la alimentación y los hábitos de vida.
Hay estudios que señalan que aproximadamente un 30% de los cánceres pueden estar relacionados con la dieta. Sin embargo, es difícil comprobar qué alimento o parte de un alimento puede ser el causante ya que pueden influir muchos factores como la preparación de los alimentos siendo a veces un riesgo o un beneficio, las interacciones que se forman cuando se consumen distintos alimentos en una misma comida y las sustancias o nutrientes propias de los alimentos que contribuyen al riesgo de cáncer o a la prevención. Sin embargo, se ha demostrado que el riesgo de padecer cáncer es menor en poblaciones que realizan un alto consumo de frutas y verduras.
Existen factores de riesgo que propician su aparición como la predisposición genética, la contaminación ambiental, algunos factores hormonales, infecciones víricas e incluso la edad, pero, en ocasiones, la posibilidad de desarrollar el cáncer aumenta si se suman otras conductas de riesgo como fumar, consumir cantidades elevadas de alcohol y tener sobrepeso u obesidad.
Una buena prevención desde la infancia, procurando llevar una alimentación sana y equilibrada, realizar ejercicio físico de forma regular, evitar tóxicos como el alcohol y el tabaco y mantenerse en un peso saludable son la mejor garantía de salud a largo plazo.
Compuestos protectores de los alimentos
RECOMENDACIONES ESPECÍFICAS |
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FRUTAS Y VERDURAS |
Se recomienda tomar al menos tres raciones de fruta y al menos dos raciones de vegetales u hortalizas ya sean en forma cruda o cocida. Es importante que haya variedad y tome la fruta y verdura de temporada para asegurar la ingesta de diferentes vitaminas, polifenoles, carotenos y otros fitoquímicos beneficiosos que actúan como anticancerígenos |
LÁCTEOS |
En caso de tomarlos, el consumo de lácteos puede ser diario, preferiblemente en forma de leche, yogures y quesos enteros o semi desnatados (sin azúcares añadidos). Existen estudios que correlacionan un mayor consumo de derivados lácteo, no incluye la leche, con una menor incidencia de cáncer de mama y otros que asocian el consumo de calcio con una menor incidencia del cáncer de colon. Aún así no son concluyentes |
CEREALES Y LEGUMBRES |
Las legumbres, los cereales, el pan, la pasta, el arroz y otros cereales, deben estar presentes en las comidas principales y siempre en forma integral: LEGUMBRES: combinadas con los cereales son una buena fuente de proteínas de origen vegetal que favorecen la sensación de saciedad y también el tránsito intestinal por su contenido en fibra. PASTA, ARROZ: se recomienda tomarlos en forma integral y combinarlos con verduras. Por ejemplo, arroz con champiñones y espárragos, espaguetis con verduras (calabacín, berenjena y cebolla), ensalada de arroz o pasta, etc. PATATA: puede acompañar los platos de verdura o las carnes, pescados o huevos |
CARNES |
CARNE BLANCA: se pueden llegar a tomar cuatro raciones a la semana (pollo, pavo, conejo, lomo de cerdo…). CARNE ROJA: se recomienda limitar su consumo a un máximo de una ración a la semana (ternera, vaca, cordero, cerdo) aunque cuanto menor sea su consumo, mejor. Se aconseja no sobrepasar los 100 g por ración. CARNES PROCESADAS se ha relacionado su consumo con el cáncer de colon (embutidos grasos, salchichas, hamburguesas, cecina, carne en conserva, jamón, etc.) |
PESCADOS |
Aumenta el consumo semanal de pescado (cuatro o cinco raciones a la semana) y procura que dos tomas sean de pescado azul. El pescado azul es un alimento rico en grasas poliinsaturadas tipo omega-3 que tienen un efecto protector frente a distintos tipos de cáncer: Entre los pescados azules encontramos: aguja, angula, atún, bonito del norte, boquerón o anchoa, caballa o verdel, chicharro o jurel, melva, salmón, salmón ahumado y sardina |
HUEVO |
Se puede consumir de cuatro a siete huevos a la semana (las claras contienen proteína y poca grasa así que su consumo es libre a la hora de hacer una tortilla). |
ACEITE |
Cocina y aliña tus platos con aceites vegetales, preferentemente aceite de oliva. El aceite de oliva debería ser la principal fuente de grasa por su calidad nutricional. Elige preferiblemente técnicas culinarias con poca grasa (plancha, horno, papillote, vapor, hervido y cocido) y evita fritos, rebozados y guisos muy grasos. |
ACEITUNAS, FRUTOS SECOS y SEMILLAS |
Son una buena fuente de grasas mono y poliinsaturadas que tienen un efecto protector frente al cáncer además de aportar proteínas, vitaminas, minerales y fibra. Un puñado de aceitunas, frutos secos y / o semillas pueden ser un excelente aperitivo. |
HIDRATACIÓN |
Una buena hidratación es imprescindible durante los tratamientos de quimioterapia, por ello se recomienda una ingesta suficiente de líquidos (1,5-2 litros al día), principalmente en forma de agua, aunque también se pueden incluir infusiones o licuados vegetales naturales. |
PRODUCTOS ULTRAPROCESADOS |
Evita el consumo de productos procesados por su alto contenido en sal, azúcar y/o grasas saturadas, así como algunos alimentos precocinados, el azúcar, la bollería industrial, los dulces, los refrescos azucarados, los snacks muy salados, etc., ya que aportan nutrientes superfluos que contribuyen a un peor estado de salud. |