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Cómo Evitar Complicaciones en la Amigdalitis Infantil

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La faringoamigdalitis aguda es un trastorno habitual en la infancia. Te explicamos más acerca de esta infección, sus síntomas, cómo tratarla y si puede complicarse.

En primer lugar, el especialista realiza una exploración de la boca y la garganta del paciente para observar el estado de las amígdalas.

¿Qué es?

La faringoamigdalitis es un proceso agudo febril que cursa con inflamación de las mucosas del área faringoamigdalar y pueden presentar eritema, exudado, úlceras o vesículas. Muchos virus y bacterias pueden causar amigdalitis aguda. En la mayoría de los casos está causado por virus y cursan con una evolución benigna y autolimitada. Las bacterias principales son el estreptococo beta hemolítico del grupo A y el estreptococo pyogenes. En los niños menores de tres años los virus son el principal agente causal. En un 30% de los casos no se identifica ningún patógeno.

Muchos episodios de faringoamigdalitis suceden en los meses más fríos. Los rinovirus tienen un pico de prevalencia en otoño y primavera, coronavirus en el invierno, el virus de la gripe de diciembre a abril. Podemos encontrar brotes de fiebre faringoconjuntival en verano, que cursa con faringitis y conjuntivitis.

¿Cómo y a quién afecta?

La infección es más frecuente en invierno y comienzo de la primavera en niños en edad escolar entre los cinco y 15 años. La transmisión está favorecida por el contacto íntimo como, por ejemplo, en las escuelas. El periodo de incubación es de 12 horas a cuatro días. Sin tratamiento es contagiosa mientras dura el episodio agudo y una semana más tarde.

Qué síntomas produce

Los síntomas típicos de la amigdalitis vírica son:

  • Rinorrea.
  • Afonía.
  • Tos.
  • Conjuntivitis.
  • Diarrea.
  • Aftas.
  • Inflamación de las amígalas.
  • Petequias (manchas de color rojo vivo) en paladar blando.

Los síntomas de la amigdalitis bacteriana en mayores de tres años más típicos son:

  • Comienzo brusco y fiebre de cualquier grado.
  • Dolor de garganta de intensidad variable asociado o no a dificultad al tragar.
  • Generales: dolor de cabeza, mialgias, náuseas, vómitos y dolor abdominal.

Y los signos en la amigdalitis bacteriana:

  • Enrojecimiento difuso, inflamación de la faringe y úvula (campanilla) e hipertrofia de tejido linfoide en faringe posterior (amígdalas).
  • Amígdalas eritematosas, inflamadas con exudado púltaceo o blanquecino-amarillento.
  • Petequias y /o lesiones anulares (donuts) en paladar blando, úvula o faringe posterior.
  • Adenopatía cervical anterior, dolorosa al tacto (30-60%).
  • Mal aliento.

Otros indicadores de infección por EbhGA (estreptococo B hemolítico del grupo A):

  • Erupción escarlatiforme.
  • Ausencia de: tos, rinitis, ronquera, conjuntivitis, aftas.

La intensidad de los signos y síntomas depende de la edad del niño y del tiempo que tardemos en visitarlo. En niños con enfermedades crónicas (diabetes mellitus…), niños que estén realizando algún tratamiento inmunosupresor (quimioterapia)… la intensidad de los síntomas va a ser mayor.

¿Puede complicarse?

La amigdalitis aguda bacteriana es un proceso que, sin tratamiento, puede causar complicaciones como:

  • La fiebre reumática es excepcional en países desarrollados (poco frecuente si se hace tratamiento antibiótico correctamente).
  • Las complicaciones supurativas locales por extensión a zonas adyacentes también son raras:
    • Otitis media.
    • Sinusitis.
    • Mastoiditis.
    • Adenitis purulenta.
    • Abceso periamigdalino o retrofaríngeo.

Estas complicaciones se encuentran sólo en 1-2% en niños con tratamiento incorrecto o sin tratamiento o en aquellos que no cumplen la pauta completa del antibiótico.

Las complicaciones no supurativas son:

  • Enfermedades del riñón: glomerulonefritis aguda postestreptocócica, que consiste en la inflamación del riñón debido a la diseminación en sangre de la bacteria. De hecho, también es muy importante guardar reposo durante cualquier proceso infeccioso amigdalar, para evitar procesos como éste.
  • Artritis reactiva: consiste en la inflamación de una articulación con edema, dolor e impotencia funcional debido a la diseminación de la bacteria o el virus en la sangre. En caso de amigdalitis viral se suele resolver en tres o cuatro días, pero si es una artritis reactiva por amigdalitis bacteriana es frecuente el ingreso en el hospital para tratamiento endovenoso.

¿Cómo se trata?

Se puede empezar con un tratamiento no farmacológico ante las primeras molestias y esperar 24 horas, tras las cuales habrá que consultar con el pediatra, que será quien instaure el tratamiento más adecuado. Las medidas no farmacológicas pasarían por:

  • Manzanilla, miel y limón en una mezcla para hacer gárgaras tres veces al día.
  • Echinacea en spray. Es un producto homeopático que se aplica tres o cuatro veces al día.
  • Ingesta de agua en abundancia, caldos tibios…
  • Para su prevención, no olvidar seguir una dieta rica en frutas y verduras.

El tratamiento farmacológico se instaurará según el niño sea alérgico o no a la penicilina, y deberá seguirse tal cual indique el pediatra.