Cuando se produce una herida es importante proporcionar los medios que permitan su curación sin cicatrices ni secuelas. Cuando la herida está infectada es necesario acudir al médico.
La infección de una herida se produce cuando bacterias u otros microbios penetran en la ruptura de la piel y comienzan a multiplicarse. Nuestro sistema inmune responde a esta invasión para frenar esta infección .
Existe una mayor probabilidad de que la herida se infecte en determinados supuestos:
Por otro lado, existe una serie de síntomas y signos que se relacionan con la aparición de una infección y requieren la atención precoz por parte de los profesionales sanitarios, entre ellos:
En algunas ocasiones es necesario realizar cultivos microbiológicos de la herida para analizar si existe infección y determinar el microorganismo responsable. También nos puede indicar el antibiótico más adecuado para tratar cada infección concreta.
Cuando se produce un corte poco profundo que sangra poco se recomienda:
En caso de heridas muy sangrantes se debe hacer presión sobre la zona que sangra con gasas o paños limpios y solicitar ayuda sanitaria urgente.
En primer lugar, se debe lavar bien la herida con agua y jabón para retirar toda la suciedad posible y, posteriormente, secar la herida con gasas o paños limpios.
En cuanto al alcohol, este es útil para desinfectar la piel sana (como antes de poner una vacuna o inyección), pero no debe usarse en las heridas abiertas, por su poder citotóxico para el nuevo tejido en formación.
Una herida que presenta una mala evolución, con una cicatrización deficiente o existen sospechas de infección, se hace necesario acudir al médico para que lleve a cabo una exploración y una valoración.
Si se diagnostica que la herida está infectada, el tratamiento puede incluir:
Los antibióticos siempre deben ser prescritos por un médico. Se debe utilizar el más adecuado para cada infección y es muy importante cumplir las pautas de administración diarias y la duración del tratamiento. De lo contrario, el uso incorrecto de los antibióticos puede generar resistencias.
En el proceso de curación de las heridas intervienen varios procesos celulares y moleculares. La respuesta inmediata a la lesión es la vasoconstricción para minimizar el sangrado, que es causada por sustancias activadas en la sangre como prostaglandinas y tromboxanos. De igual modo, las plaquetas se adhieren al colágeno expuesto en la herida, mientras se activa a la cascada de coagulación. A partir de aquí se inicia el proceso de regeneración tisular y cicatrización.
Tras el cierre de una herida es importante cuidar la cicatriz para evitar complicaciones como la aparición de queloides (un crecimiento excesivo del tejido de una cicatriz) o que se produzca una hiperpigmentación de la región afectada por la cicatriz.
Algunas recomendaciones incluyen:
Si sospechas que una herida puede estar infectada acude a tu médico para que la valore y establezca el tratamiento antibiótico adecuado, si es preciso.