La capsulitis se define como la inflamación de la cápsula articular.
La cápsula es el tejido fibroso que protege todas las articulaciones, por tanto, se puede tener una capsulitis en cualquier articulación, pero, las que con mayor frecuencia presentan esta afección son los hombros y las caderas. También se puede presentar con cierta frecuencia en las rodillas.
Los deportistas que juegan al baloncesto o balonmano, pueden presentar esta afección en los dedos de las manos.
El síntoma principal de la capsulitis es el dolor, este empieza de forma lenta y va aumentando con el uso de la articulación. La articulación afectada se puede ver inflamada y ligeramente caliente, el dolor puede ser muy tórpido en su evolución, pudiendo incluso extenderse durante meses. El dolor da lugar a una impotencia funcional, es decir, la movilidad articular se ve disminuida, tanto por el dolor que se produce al mover la articulación, como por la inflamación articular presente.
En muchos casos es difícil buscar un único origen de las capsulitis. En personas deportistas, los microtraumatismos repetidos pueden dar lugar a una inflamación reactiva. En personas no deportistas, enfermedades reumáticas, diabetes y enfermedades de tiroides están entre las causas más frecuentes, también las sobrecargas articulares producidas por movimientos repetitivos con peso, el sobrepeso sobre articulaciones como rodilla o caderas o circunstancias con menopausia en las mujeres pueden producir la capsulitis. En muchas ocasiones, no es posible conocer el origen de las mismas.
El tratamiento de la capsulitis articular puede englobarse en tratamiento médico y fisioterapéutico.
En el tratamiento con fármacos se usan antiinflamatorios y corticoides para disminuir la inflamación de la articulación afectada, también se puede inmovilizar la articulación durante un tiempo para evitar la sobrecarga en la misma.
En el tratamiento fisioterapéutico, el tratamiento con termoterapia frío-calor puede ayudar a mejorar, además de los estiramientos sobre la articulación, el tratamiento con mesoterapia, el uso de la neuroestimulación mediante TENS y la crioterapia, son los tratamientos más utilizados para mejorar el dolor y recuperar la movilidad articular.
En los casos de enfermedades como diabetes o problemas tiroideos, el control correcto de estas enfermedades favorece la mejora de la capsulitis.
En las capsulitis, el primer diagnóstico debe ser mediante la exploración de la articulación, tanto en su aspecto exterior; inflamación, enrojecimiento y aumento de tamaño, como en la movilidad de la misma; valoración de los movimientos que pueden realizarse y cuáles no, si estos movimientos se pueden realizar contra resistencia o solo pasivamente y cuándo se inicia el dolor en los mismo.
En las pruebas de imagen, se realiza un estudio radiológico que permite reconocer si las estructuras óseas están bien o si, por el contrario, se encuentran afectadas por alguna patología que explique el dolor. La Resonancia Magnética permite la correcta visualización de tendones y músculos. La ecografía permite conocer la presencia de derrames articulares. Y la artroscopia que, aunque es una prueba quirúrgica, puede permitir conocer las adherencias que la articulación presenta.
Son factores desencadenantes de la capsulitis las enfermedades crónicas como la diabetes, las enfermedades tiroideas, las enfermedades reumáticas y la menopausia, siendo más frecuente en mujeres de entre 50 y 60 años.
La complicación más frecuente e importante de la capsulitis es la pérdida de movilidad articular. En los hombros se conoce como el hombro congelado, en el cual, se produce una importante pérdida de movilidad, sobre todo, hacia la movilidad externa del mismo. Esta circunstancia puede hacer necesaria la cirugía artroscópica, para retirar las adherencias capsulares y mejorar la movilidad articular.
Aunque la causa de la capsulitis no es bien conocida si se relaciona con enfermedades como la diabetes, las enfermedades tiroideas y traumatismo repetidos o movimientos con peso, por ello el control de estas enfermedades de forma correcta y el movilizar la articulación sin peso puede prevenir la aparición de la enfermedad.
La capsulitis puede aparecer en cualquier articulación, las más frecuentes son la cadera y el hombro (el hombro es la más común puesto que es la articulación del organismo que mayor movilidad presenta). En deportistas que usan en su deporte las manos, pueden presentar con frecuencia capsulitis en los dedos de las manos.
Los ejercicios de la capsulitis deben ir encaminados a producir una relajación de la articulación y un estiramiento de los músculos.
Aunque en cada articulación son diferentes, vamos a describir los ejercicios del hombro por ser esta la capsulitis más frecuente:
Ejercicio pendular, se apoya el brazo en un silla o mesa y el otro se deja colgando, procediendo a moverlo hacia delante y hacia atrás y realizando círculos, durante unos tres minutos. Debe realizarse al menos una vez al día. Cuando se consigue que este ejercicio se realice sin dolor, podemos añadir algo de peso en la mano, realizando el ejercicio de igual forma.
Ejercicio de estiramiento del hombro, se procede a situar el antebrazo sobre una mesa y se aleja la mano y el antebrazo apoyado en la misma, inclinando el tronco hacia delante. En el momento que se sienta dolor se mantendrá esta posición durante unos cinco segundos.
Elevación del brazo en supino ayudado por el otro, se tumba el paciente sobre una superficie firme, se agarra la muñeca con la mano contralateral y se procede a elevar el brazo de forma pasiva hasta sentir dolor, en este punto, se mantiene la posición durante 5 segundos.
Elevación con barra, el paciente está tumbado en decúbito supino y agarra una barra con las dos manos separadas a la anchura del hombro, y se procede a elevar ambos brazos a la vez hasta el punto de dolor, en este, se mantiene durante 5 segundos.
La bursitis es la inflamación de la bursa que recubre un músculo en concreto. La capsulitis es la inflamación de la cápsula que recubre toda la articulación. Por tanto, el proceso de la capsulitis es más amplio que la bursitis, que es de una zona más concreta, ambas pueden producir dolor articular e inflamación, pero, la bursitis, produce dolor en movimientos más concretos, mientras que la capsulitis limita la casi totalidad de movimientos de una articulación.