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Bruxismo y su Relación con el Estrés

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Todos apretamos alguna vez los dientes o hacemos movimientos con ellos como forma de dar salida alguna tensión interna, sin embargo, solo podemos hablar de bruxismo cuando esto ocurre de manera regular e inconsciente o semi-inconscientemente, con riesgo de producir eventual daño a nuestra salud dental.

Todos apretamos alguna vez los dientes o hacemos movimientos con ellos como forma de dar salida alguna tensión interna, sin embargo, solo podemos hablar de bruxismo cuando esto ocurre de manera regular e inconsciente o semi-inconscientemente.

Muchas causas

El bruxismo es un frotamiento o tensión excesiva de los dientes sin ninguna función aparente, a diferencia de, por ejemplo, la masticación o los movimientos articulares que se producen para emitir sonidos y/o palabras. Las causas del bruxismo no están claras, pues hay estudios que lo relacionan con trastornos de la ansiedad y que achacan su aparición a episodios depresivos continuados o a la exposición continuada a situaciones de estrés. Sin embargo, también son numerosos los estudios que demuestran que puede haber una predominancia de factores fisiológicos tales como una mala masticación o un trastorno del sueño. Es por ello que se considera que tiene múltiples causas.

Tipos de bruxismo

Existen básicamente dos modalidades de bruxismo: el diurno y el nocturno.  

  • El bruxismo diurno (BD) es una actividad normalmente semi-voluntaria que la literatura científica asocia al estrés vital que puede ser producido por causas de responsabilidad familiar o de trabajo, es decir, por causas psicosociales. El bruxismo diurno lo padece un 20% por ciento de la población adulta.
  • El bruxismo nocturno (BN), sin embargo, es un comportamiento mandibular definido como estereotipado y repetitivo caracterizado por, como decíamos al principio, tensión y frotamiento dental cuya causa más común es la de un trastorno del sueño, relacionado o no con causas psicosociales.  Este tipo de bruxismo lo sufre entre el 8 y el 16%.

¿Cómo prevenirlo?

En primer lugar, es importante que hagamos un chequeo de nuestras vidas: ¿tiene mi forma de vivir algo que ver con esto? ¿Hay algo que pueda hacer para vivir con menos estrés u hostilidad? Si la respuesta a estas preguntas es afirmativa cabe hacer balance y preguntarse ¿el qué? No es una cuestión menor, pues en el momento en que la aparición de un síntoma irrumpe en nuestra vida las alarmas saltan y esto nos pone en la tesitura de tener que buscar respuestas a medida, no hay fórmulas estándar y cuanto más conscientes seamos de nuestra manera de funcionar y de relacionarnos con nosotros mismos y con el mundo, más capacidad desarrollaremos para la armonía y el orden interno. Y esto no es tarea fácil. Dicho esto, vamos a introducir unos elementos prácticos que esperamos sean de utilidad.  Por supuesto, es conveniente también acudir a un especialista en salud buco-dental y/o a uno en trastornos del sueño para confirmar o descartar causa orgánica. El primero puede prescribirnos la utilización de una férula de descarga, en el caso de que se trate de bruxismo nocturno.

Revisemos nuestro hábito de sueño

Vamos a intentar proveeros de algunos elementos que te sirvan para iniciar este autochequeo.  Dado que el bruxismo se relaciona en parte con posibles trastornos del sueño revisemos pues nuestros propios hábitos. A continuación, enumeramos algunos elementos para sanear nuestra forma de relacionarnos con el dormir:

  • Acostarse a la misma hora cada día.
  • Hacer la misma rutina antes de ponerse en la cama y apagar la luz.
  • Haber hecho la digestión antes de acostarse, pudiendo así irse a la cama con las necesidades fisiológicas de evacuación realizadas.
  • No haber tomado estimulantes (café, tabaco o alcohol) en las horas previas al momento de acostarse.
  • Haber realizado una actividad sosegada antes de acostarse (lectura, escuchar música relajada, una conversación amable, etc. es conveniente evitar las pantallas (móvil, televisión) por la noche ya que la excesiva exposición nocturna a elementos audiovisuales ha demostrado ser un factor que dificulta el descanso y facilita la aparición de trastornos del sueño.
  • Convendría irse a dormir siempre con la cama hecha y las sabanas limpias, asimismo, es importante utilizar la cama para el descanso o los momentos de intimidad con la pareja, pero conviene abstenerse de otras actividades como pueden ser trabajar, comer, etc.

Estas pautas básicas de higiene del sueño deberían ayudarnos autorregular mejor el descanso. Como todos sabemos, hay veces en la vida en la que menos es más y este principio aplica para el acto del buen descansar.  

En este párrafo final queremos reiterar la multi-factorialidad causante del bruxismo y la importancia de acudir tanto a especialistas dentales como a especialistas en sueño. En caso de identificar causas psicológicas como la aparición constante de emociones desbordantes o de pensamientos aflictivos es recomendable acudir a un psicoterapeuta para una evaluación y posible tratamiento psicoterapéutico para combinarlo, si es necesario, con los tratamientos médicos.