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Artrosis de Rodilla

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Beatriz tiene 74 años, hace 5 años comenzó con un dolor intenso en la rodilla izquierda y decidió operarse y poner una prótesis.

La prótesis de rodilla tiene como finalidad sustituir las superficies articulares que se encuentran desgastadas y no pueden hacer su función correctamente.

Sin embargo, ahora Beatriz visita la consulta porque tiene dolor en la otra rodilla. Siente rigidez cuando se levanta por las mañanas y el dolor se acentúa cuando camina durante algunas horas, después de realizar largos viajes en coche.

Sus radiografías indican que existe un gran desgaste en la articulación de la rodilla y cuando realizamos las pruebas de movilidad observamos que no puede flexionar la pierna con la misma facilidad que la otra.
Artrosis de Rodilla

Beatriz tiene un proceso de artrosis avanzado en su rodilla derecha. En las mujeres, los cambios hormonales a una determinada edad afectan a la calidad del hueso y es frecuente tener artrosis en las articulaciones que soportan cargas como las rodillas.

En una articulación las superficies óseas están tapizadas de cartílago cuya función es amortiguar la carga de las superficies que están en contacto y permitir el desplazamiento de los huesos durante el movimiento. La artrosis, es una enfermedad degenerativa de este cartílago articular que produce síntomas como dolor, limitación del movimiento, crepitación y grados variables de inflamación siendo más frecuente en mujeres.

Una de las características principales de la artrosis de rodilla es la rigidez que se siente cuando comenzamos a caminar después de estar tiempo en reposo (sentados o tumbados en la cama). Después de unos minutos en movimiento la rigidez desaparece.

Cuando caminamos durante varias horas, puede aparecer dolor e inflamación en la rodilla debido a la carga prolongada en el cartílago ya desgastado.

Los ruidos, chasquidos y crepitaciones son otros de los síntomas característicos de la artrosis.

En la primera sesión tenemos como objetivo:

  • Recuperar la movilidad de todo el miembro inferior. Tratamos la zona lumbar, la pelvis y el tobillo con movilizaciones articulares y estiramientos.
  • Disminuir la inflamación de la rodilla. Realizamos un masaje circulatorio para drenar la inflamación y descargamos los músculos de la pierna para aliviar los síntomas.
  • Movilizar y dar flexibilidad a los tejidos que envuelven las vísceras pélvicas (vejiga, útero e intestinos). Con la edad, es frecuente que los ligamentos y estructuras viscerales pierdan flexibilidad y repercutan en la articulación de la rodilla.
  • Recuperar la movilidad y flexibilidad de los músculos de la rodilla con técnicas más específicas.
  • Potenciar la musculatura abdominal y de rodilla con ejercicios isométricos sin carga. Cuando los músculos de la rodilla se encuentran fuertes la articulación de la rodilla se encuentra más estable y acepta mejor las cargas.

Para terminar la sesión recomendamos a Beatriz que comience a realizar ejercicio en bicicleta estática y le enseñamos ejercicios específicos para potenciar la musculatura de la rodilla.

Después de 3 sesiones Beatriz se siente mejor, puede caminar varias horas seguidas sin dolor y aguanta largos viajes en coche. Sin embargo, cuando se levanta por las mañanas sigue sintiendo rigidez cuando comienza a caminar.

Decidimos espaciar las sesiones y realizar los ejercicios recomendados en casa. Cuando pasa un mes desde la última sesión el dolor y la rigidez han desaparecido.

La artrosis es un proceso degenerativo irreversible. El probable que después de un tiempo Beatriz vuelva a tener síntomas en la rodilla. El tratamiento fisioterapéutico ayuda a retrasar este proceso, a paliar los síntomas y proporciona a Beatriz una mejor calidad de vida.

Artículo escrito por Patricia de Maya. (Fisioterapeuta)