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Alimentos de Invierno

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El invierno es sinónimo de frío, bajan las temperaturas, los días son más cortos y nos hacemos más vulnerables a resfriados y gripes, poniendo a prueba nuestro sistema inmunológico. Para combatir el frío, nuestro cuerpo nos pide alimentos más calóricos y concentrados en nutrientes que nos proporcionen energía y calor interno. Una alimentación saludable, rica en vitaminas del grupo B, vitaminas A, D, C y minerales como el cobre, zinc y hierro contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmunológico, además de prevenir el cansancio y la fatiga. La naturaleza en esta estación nos ofrece alimentos de temporada que nos aportan todas estas propiedades, muchos resultan más energéticos y tienen un efecto más saciante.
El invierno es sinónimo de frío, bajan las temperaturas, los días son más cortos y nos hacemos más vulnerables a resfriados y gripes, poniendo a prueba nuestro sistema inmunológico.

Tres alimentos de temporada imprescindibles con muchas propiedades

  • Caqui. También se conoce como palo santo, en alusión a que suele madurar para la festividad de todos los santos, en noviembre. En invierno está en su óptima maduración y su sabor dulce característico es debido a su alto contenido en hidratos de carbono, destacando la glucosa y fructosa. Esto la convierte en una de las frutas con mayor aporte calórico que nos aporta energía para resistir el frío. El caqui posee taninos en la pulpa, que le otorgan un poder astringente, pero estos taninos disminuyen con la maduración del fruto, y le otorgan un efecto contrario y actúan como laxante natural cuando está en su punto óptimo. Respecto a su contenido en vitaminas destaca por ser una fruta rica en betacaroteno o provitamina A, pigmento que le da su color naranja rojizo, y vitamina C, que aporta a esta fruta un potente efecto antioxidante que ayuda a reforzar las defensas y el sistema inmunitario frente a infecciones propias de esta estación. Entre los minerales, el más abundante es el potasio y, al ser bajo en sodio, resulta muy recomendable para aquellas personas con afectaciones cardiovasculares. Es una fruta que una vez madura se abre con facilidad y su pulpa se puede comer con cuchara. En la cocina tiene múltiples recetas y no debe limitarse su consumo únicamente como fruta fresca madura, puede emplearse en pasteles, flanes, mermelada, en compota como acompañamiento de carnes, en ensaladas.
  • Brócoli. Con el invierno llega la época de las verduras crucíferas (coles de brusela, col rizada, lombarda, coliflor, rábano, colirábano, nabo, colinabo, brécol o brócoli, berro, rúcula, mostaza). Este grupo destaca por su contenido de glucosinolatos, compuestos que el cuerpo metaboliza en isotiocianatos, potentes antioxidantes que previenen la degeneración celular. El antioxidante que destaca en el brócoli se denomina sulforafano y ha demostrado tener una acción anticancerígena si se cocina de forma correcta, ya que es soluble en agua y sensible al calor, de modo que, si hacemos una cocción prolongada, reducimos a la mitad su concentración. Además, el brócoli aporta a nuestro organismo una gran variedad de vitaminas y minerales, convirtiéndose en una de las verduras más nutritivas. Destaca la provitamina A y la vitamina C, además de la vitamina E que favorecen el buen estado de nuestras mucosas y fortalece el sistema inmunitario. También contiene una cantidad nada despreciable de ácido fólico, hierro, magnesio, calcio y vitamina K que hace que sea un alimento ideal para embarazadas o personas con anemia ferropénica donde sus demandas están aumentadas. Entre sus múltiples propiedades tiene una acción antimicrobiana por acción del azufre que ayuda a combatir infecciones propias del invierno. En la cocina se aconseja consumir al dente para aprovechar todos sus componentes nutricionales y utilizar una cocción rápida (vapor, salteado, microondas, wok). También se puede consumir en crudo y forma parte de múltiples platos en pasta, en arroz, en puré, sopas, salteado con otras verduras, en ensaladas, en guisos y como guarnición.
  • Piñones. El invierno es época de frutos secos, nuestros mejores aliados para combatir el frío, aportándonos energía y nutrientes esenciales. El piñón se conoce como fruto seco, pero en realidad es una semilla. Se diferencia de los demás frutos secos en que contiene más proteínas aún siendo un alimento mayoritariamente graso, destacando la presencia de ácidos grasos esenciales, especialmente el ácido graso omega 3 y ácido graso omega 6, fundamentales para el buen funcionamiento del sistema inmunológico, la salud de nuestro cerebro y nuestro sistema cardiovascular. Son un gran aporte de fibra, vitaminas y minerales, entre los que destaca la vitamina E y el zinc, potentes antioxidantes, que ayudan a aumentar las defensas de forma natural convirtiendo el piñón en un alimento estrella para el invierno. También es rico en ácido fólico y en menor cantidad contiene vitamina A y del grupo B. Entre los minerales encontramos el hierro, potasio, fósforo y magnesio, haciendo del piñón un alimento muy completo y versátil en la cocina. Puede tomarse en crudo formando parte de ensaladas, purés, salteados de verduras, guisos, acompañamiento de carnes y pescados, con legumbres, con arroz, con pasta. También en postre como bizcocho, coca, magdalena.

¿Por qué es importante el consumo de alimentos de temporada?

  • Son más sabrosos.
  • Conservan mejor el sabor y sus aromas.
  • Son más nutritivos
  • Aportan mayor variedad a nuestra mesa.
  • Son más baratos.

A continuación, encontrarás un listado con los productos de invierno como guía para elaborar un menú semanal de temporada:

  • Frutas: caqui, chirimoya, mandarina, naranja, pomelo, kiwi, limón, manzana, uva.
  • Verduras: acelga, alcachofa, ajo, apio, berenjena, cardo, col lombarda, coliflor, Brócoli, endibia, escarola, espinacas, judías verdes, lechuga, nabo, puerro, rábano, remolacha, repollo.
  • Frutos secos: Castañas, ciruelas pasas, dátiles, uvas pasas, piñones.
  • Legumbres: guisante verde, haba verde.
  • Pescados y mariscos: anchoa o boquerón, bacalao, besugo, bonito, caballa, dorada, lenguado, lubina, merluza, mero, palometa pulpo, rodaballo, salmón, sepia, trucha, almeja, mejillón, berberecho, camarón, gamba, cigala.
  • Carne: ciervo, venado, cordero, cochinillo, codorniz, conejo, jabalí, liebre, perdiz, pato, pavo, faisán.

Ejemplo de un día completo con alimentos de temporada

  • Desayuno:

Bol de yogur natural con copos de avena, ciruelas pasas y uvas pasas.

  • Media mañana:

Zumo natural de naranja natural con pomelo y limón.

Puñado piñones.

  • Comida:

Ensalada de escarola con granada.

Arroz caldoso de alcachofas, bacalao y almejas.

Caqui.

  • Merienda:

Macedonia de frutas de invierno: naranja, kiwi, manzana, uva.

  • Cena:

Wok de verduras (brócoli, berenjena, apio, cebolla, puerro)

Pavo en salsa de limón.

Dátiles rellenos de queso y nueces.