“Fui a coger un objeto del suelo…y ya no pude incorporarme, me quedé clavado”
Esta es una de las frases más comunes en los pacientes cuando entran en la consulta de fisioterapia.
Diagnostico: LUMBALGIA
Bien, sabemos que tenemos lumbalgia, que nos duele mucho nuestra zona lumbar, incluso no sólo dolor si no que en ocasiones nos deja incapacitados, en la cama o en el sillón de casa sin poder movernos.
El dolor lumbar tiene múltiples causas, diferenciar el tipo de dolor y la zona que nos duele puede ayudarnos a tener una idea más clara de qué estructura es la protagonista de esta situación.
¿Nos duele la zona lumbar justo por encima de las caderas o es un dolor localizado que baja por una la pierna hasta la “corva” o baja hasta los dedos de los pies?
¿Puede ser un dolor punzante en un lado de la lumbar o se localiza justo en la zona central de la espalda baja?
El dolor se acentúa: ¿Sentados… o sentados estamos sin dolor pero al levantarnos es cuando necesitamos ayuda?, ¿Se pasa el dolor caminando o cuando mejor estamos es estirados en la cama?
Cada una de estas respuestas nos indica que nuestro dolor puede tener varios orígenes. Pero en la mayoría de estos casos la disfunción del cuadrado lumbar va a estar involucrado bien siendo la causa principal de nuestra lumbalgia o un factor perpetuante de nuestro dolor.
Es frecuente que después de un fuerte dolor lumbar, se realicen pruebas de imagen (RMG,TAC, RX ) para determinar la causa principal que nos ha llevado a esta situación y en muchas ocasiones aparecen cambios en las estructuras de la columna lumbar: hernias, protrusiones, discopatías, procesos degenerativos como artrosis.
Estos cambios estructurales pueden justificar nuestro dolor lumbar, pero también existen casos en los que el diagnostico que dan estas pruebas de imagen no guardan relación con nuestra lumbalgia.
El cuadrado lumbar es uno de los músculos que forman parte del raquis lumbar, está localizado en la parte posterior de la columna y une las últimas vértebras lumbares con los iliacos. En sus vientres musculares tienen localizados puntos de tensión llamados puntos gatillo. Cuando este músculo se contrae de forma permanente estos puntos gatillo se activan, y dan lugar a dolores referidos, es decir, dolores que aparecen en zonas distantes a la localización del músculo dando lugar a falsos diagnósticos.
Una vez pasado el dolor agudo y la incapacidad de movernos libremente este músculo puede seguir en contracción y como consecuencia dejar sensación de rigidez y dolor puntual en determinados momentos.
Hay situaciones en las que este músculo puede tender a contraerse y activar sus puntos gatillo, por ejemplo:
Todos estos ejemplos son parte de nuestra vida cotidiana.
Hay otros aspectos que no debemos dejar de tener en cuenta: el estrés, la “mala o sobre” alimentación, el sobrepeso y el sedentarismo juega un papel importante en la aparición del dolor lumbar.
El uso de antiinflamatorios, analgésicos o relajantes musculares pueden ayudar en un primer momento a paliar el síntoma que en este caso es el dolor agudo.
Una vez pasada esta fase de dolor agudo, puede quedar una sensación de rigidez y dolor difuso o puntual en la zona lumbar al realizar determinados movimientos.
Mantener el cuerpo bien hidratado, cuidar nuestra alimentación, la utilización de calor seco, realizar ejercicios de movilidad articular y terminar realizando estiramientos analíticos de la musculatura afectada puede ayudar a disminuir o quitar las sensaciones molestas que quedan después de un proceso agudo de lumbalgia.
¿Qué puedo hacer para que no me vuelva a pasar?
El dolor lumbar a veces es tan incapacitante, que una vez remitido, nos preguntamos qué hacer para que no se vuelva a repetir.
Cuidar nuestra alimentación, evitar el sobrepeso y mantener al cuerpo bien hidratado reduce las probabilidades de tener un proceso de dolor agudo en la zona lumbar. Tener una buena conciencia de nuestros movimientos y ejecutarlos de forma correcta, por ejemplo:
La práctica de una actividad deportiva moderada incluyendo estiramientos, evita el sedentarismo y permite que nuestro cuerpo se mantenga ágil y flexible.
Mujeres entre 20 y 65 años que sufren incontinencia urinaria son más vulnerables a tener dolor lumbar. El desequilibrio entre la musculatura pélvica y la musculatura toraco lumbar es un factor de riesgo que perpetua la relación entre la incontinencia urinaria y el dolor lumbar.
Un estudio reciente concluye que tener una buena educación en higiene postural, permanecer activo, y realizar autocuidados se considera la primera línea de tratamiento en los dolores lumbares agudos (menos de 6 semanas) y en dolores lumbares persistentes (más de 12 semanas).
Muchos dolores de de espalda pueden tener su origen cuando nuestro sistema visceral sufre algún tipo de alteración: estrés, cambios alimentarios, alteraciones hormonales…Este concepto es conocido como DOLOR REFERIDO VISCERAL.
Artículo escrito por Patricia de Maya. (Fisioterapeuta)