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Especialidad terapéutica dentro de la fisioterapia basada en la utilización diferentes agujas de diámetro muy pequeño que son insertadas en puntos estratégicos del cuerpo humano. El objetivo es equilibrar el flujo de energía o fuerza vital, que llaman “chi”, que fluye a través de los meridianos en el cuerpo.

Tratamiento realizado por un fisioterapeuta que tiene como objetivo localizar la musculatura alterada que se encarga de la estabilización de la articulación temporomandibular y revertirla mediante técnicas físicas a través de la cavidad bucal para restaurar el movimiento de la boca. Es muy importante que el fisioterapeuta trabaje con un dentista, que es quien a veces le deriva.

Es una técnica de masaje consistente en facilitar la circulación linfática. Para ello, el fisioterapeuta ejerce una ligera presión controlada sobre brazos y piernas para favorecer la circulación de la linfa (líquido formado por agua proteínas que circula por el sistema linfático) si hay edema, y facilitar su retorno. Su acción principal es, por tanto, drenante.

Modalidad terapéutica cuyo objetivo fundamental es devolver el equilibrio al cuerpo, que el osteópata concibe como un todo interconectado. Engloba una serie de técnicas manuales (manipulaciones articulares, de movilización, de estiramiento muscular…), que el terapeuta utiliza para restaurar funciones corporales, aliviar el dolor y promover el bienestar de la persona.

Modalidad terapéutica realizada por el fisioterapeuta en la que durante la sesión se realiza una combinación de terapia manual con la aplicación de otras técnicas no manuales, tales como electroterapia (aplicación de corrientes eléctricas, a diferentes intensidades), mecanoterapia (utilización de aparatos mecánicos para provocar o dirigir movimientos corporales), magnetoterapia (uso de campos magnéticos de baja frecuencia y baja intensidad) o termoterapia (aplicación de calor), entre otras.